No fue por la Manzana, si no por la Cereza

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Disclaimer: Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen. El fanfic sí es de autoría y lo hago sin fines de lucro.

Advertencias: Esta historia contiene sexo explícito, lenguaje vulgar, infidelidad y posiblemente muerte de un personaje.

Aclaraciones: 《pensamientos》, recuerdos, (1) notas, etc.

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                        CAPÍTULO 2

No fue por la manzana, sino por la cereza

Pov Sakura

Todo había pasado en aquel invierno 

Siendo estudiante en el instituto de modas de California, se encontraba observando las hermosas calles de París, de regreso al hospedaje proporcionado por el instituto el cual la había elegido a ellas y un grupo de amigas, como las presentadoras del proyecto para la pasarela de invierno de ese año, demás esta decir que todo había sido un éxito, y ahora ella contaba con una gran oferta para un futuro trabajo en una gran marca de ropa, su tan anhelado sueño, bueno uno de ellos, la vida no podía darle más de lo que tenía, hasta que lo enviaron a él.

Daisuke Uchiha.

El chico llegó a su vida como un príncipe de cuento de hadas, el pomposo carruaje que hacía de transporte a su morada se encontraba siendo sacudido por uno de los caballos que no pudo ser controlado por el chofer, y entre la histeria y gritos colectivos, el muchacho apareció en su rescate domando como un experto al animal, no hubo daños salvo por ella, quien entre sacudidas había sido lanzada fuera del lugar, el joven la había cargado cuál princesa hasta su hotel y entre miradas de insistencia y suspiros por parte de sus amigas, se había animado a pedirle su número, pero gano más que eso, él la había invitado a salir.

Le basto solo una noche ante la increíble vista de la torre Eiffel, para darse cuenta de que se había enamorado, no que fuera una experta, puesto que el hecho de haber sido un patito feo durante su adolescencia, no le había dado mucha experiencia con el sexo opuesto; sin embargo, el chico era tan lindo y atractivo que agradecía haber aceptado el cambio de look que sus amigas le habían propuesto desde hace un gran tiempo, de otra forma no estaba segura de poder haberlo conquistado a él, ni a él ni a ninguno. Pero a pesar de no saber tanto, estaba segura de que era amor, su trato con ella, la manera de haberle contado su vida privada y la forma en que la miraba le decían que no podía tratarse de otra cosa.

Y así nueve meses habían pasado al lado de tan maravillosa persona y con un gran un futuro por delante, todo era perfecto, hasta que una llamada lo cambio todo.

Su madre la había dicho entre llantos que necesitaban su presencia en su país natal; Japón, su padre había enfermado terriblemente y estaba al borde de la muerte. A pesar de que no se llevaba bien con su progenitor, puesto que este nunca se cansaba de recordarle sus ganas de haber tenido un heredero y no una chiquilla tonta para los negocios y fea para comprometerla a favor de su imperio, no podía dejar de pensar que era su padre y que debía estar allí antes de que fuera tarde.

Pero si lo fue, y en su llegada solo la recibió su madre hecha un mar de llantos y su odioso primo deseoso solamente, de poner sus manos en la fortuna de su familia. Su padre era muy rico, y dicha riqueza la había obtenido por cuenta propia, su familia no lo había ayudado en nada; sin embargo, si se habían beneficiado a su costa, dado que ella era mujer y nunca fue un tiburón, como decía su padre, para los negocios, había adiestrado al único hijo de su tío para que fuera de su ayuda a la hora de su partida y con la promesa de una cuantiosa herencia tras esta.

Dulce fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora