—Odio qué me conozcas tanto porqué me hace pensar que eres el indicado.
—
—Suspiré causándole eco a aquél salón vacío de mi casa, estaba exhausto.
—Traje algo para tí— Sentí una voz que canturreaba en mi oído.
—¿Al menos podrías parecer alguien decente entrando por la puerta?— Pregunté con cierto tono de disgusto.
—Volarme por tú jardín es más fácil que rodear la calle— Afirmó sin vergüenza alguna.
—Descarado— Bufé.
—Solo ve al jardín quieres— Señaló con su cabeza.
—¿Es por la sorpresa? — Pregunté inseguro.
—Yeonjun calló, después me empujó sin fuerza hacía las afueras de mi casa.
—¡Mierda, esto es¡— Grité con algunas maldiciones. Luego me lancé sobre él.
—Toda tuya bombón— Sostuvo mi cintura y yo deposite un beso en su mejilla.
—Gracias, gracias, gracias— Repetí muchas veces veces; ahora en mis manos ahora sostenían una guitarra de color rojo brillante, siempre la había querido pero mi mente no me dejaba comprarla.
—Sabía que te gustaría— Relamió sus labios. Oh sí el verdaderamente lo sabía, Siempre lo sabía.