—Odio tanto estar solo, pero más odio que no te pueda odiar y que ni siquiera lo pueda intentar.
—
—Yeonjun reía a lo lejos con unos chicos.
—Te odio— Mis ojos lloraban. — Y te amo a la vez— Mis párpados bajaron lentamente mientras sorbía mi nariz.
—Yeonjun volteo hacía mi, yo seguía sin abrir mis ojos.
—¿Pasa algo? — Preguntó alzando mi mentón.
—Um— Abrí mis ojos rápidamente —No, no es nada— Sonreí.
—Está bien— Besó mi nariz — Si necesitas algo estaré ahí — Sonrió y depósito un besó cerca de mis labios.
—Yeonjun— Llamé y el no se apartó de mi rostro.
—Adiós— Besó mis labios y me sorprendí.
—Carajo, qué haces Yeon— Me quejé.
—Adiós dulzura— Carcajeo ahora alejándose.
—Desgraciado— Murmuré pero no sabía que quería decir ese beso, pero ahí entendí que lo odiaba, odiaba no poder odiarlo y que ese odio me llevará a amarlo cada vez más.