—Odio que fumes porqué me recuerda qué la nicotina ya parece tu perfume.
—
—Huele a— Mi frase fue interrumpida por un completo metiche.
—A mí— Alzó sus brazos con gran orgullo a la altura de su cabeza.
—No iba a decir eso— Un puchero se instaló en mis labios.
—Pero claro que sí, tanto provoco en ti que no puedes oler humo, y te recuerda a mi— Rodó sus ojos causandome una cara de asco.
—Lo unico que puedes provocarme es el reflejo del vomito— Hice una mueca como si fuese a devolverlo todo ahora mismo.
—Cómo digas— Rodó sus ojos y encendió la colilla que traía en su mano.
—Es enserio— Suspiré en golpeé el objeto haciendo que cayera al suelo.
—Beomgyu!— Gritó por mi acto.
—Al carajo, odio que fumes— Me levanté enojado. Y mucho pues la nicotina parecía haberse impregnado de por vida en el cuerpo de Yeon.
