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Cuando Itadori le dijo que entro en pre celo, pensó que era una total mentira. El nunca ha entrado en pre celo, siempre celos directos y para su celo aún faltaba un mes.

Sin ignorar el hecho de que no recordaba muy bien casi nada. Lo único que recordaba casi perfectamente era su lobo rogándole salir para marcar al Omega frente a el. Era todo.

Se sentía como un estúpido, aún con tantos años de vida, era incapaz de controlarse.

Observo como el Omega se iba, en ningún momento le hablo o siquiera lo miro. Parecía muy molesto, y era entendible, un Alfa en el que empezó a confiar entro en pre celo.

Cuando el carruaje llegó a la frontera creada por el mismo, no quiso levantar la barrera, quería ir y explicarle que eso nunca había pasado, que era su culpa y pedir perdón; pero era un ser orgulloso, el no pide perdón y nunca es su culpa.

Así que lo dejo irse.

{×}

—¿Qué pasó?— Su voz reflejaba  molestia, pues por mas que intentaba no lograba recordar nada.

Lo último que recuerda es ver una barrera negra, y percibir una gran cantidad de feromonas, la persona que las soltó parecía emocionada, y esa persona era Yuji Itadori. Después de eso le punsaron un poco los caninos y un poco de mareo, pero era lo que consideraba normal. Pero luego de eso todo estaba distorsionado.

—Usted se le insinuó un poco al joven Itadori—Contesto Uraume.

—Define poco—.

—Intento quitar su collar, provocó el desmayo de mas de la mitad de los presentes a causa de sus feromonas, y no soltaba al joven—.

Frunció el ceño.

¡Eso estaba pésimo! Se suponía que lo estaba cortejando de forma disimulada, el paso uno era que confiara en el y la cago, aunque por suerte no lo mordio, ni lo indujo al celo igual lo hostigo. A ese paso tendrá que buscar otra pareja.

Pero, no quería, el quería ser pareja del Itadori, no tenía ni idea de por qué pero no quería a otro Omega, lo quería a él.

Ahora no tenía ni idea de cómo entablar una conversacion con el Omega, quizás por normas humanas tendría que pedir perdón, pero no lo haría, su ego y orgullo eran tan grandes que nunca permitirian que eso pasara, pero no conocia otra forma de atraer al Omega.

Secuestro.

Por supuesto que era una opción, no existía un ser que le impidiera secuestrar al Itadori, ni siquiera el propio Gojo, esa rata blanca era débil y aburrido para el.
La única razón por la que no lo ha secuestrado es por qué así no se supone que funcionen los matrimonios, el realmente quería algo serio y bueno, un secuestro no lo era.

Así que no supo ni que hacer. Pero tenía que encontrar una forma.

{×}

Habían pasado dos semanas exactas, días muy malos. Si antes, cuando no vio al Itadori por una semana era insoportable ahora lo era el doble, no soportaba ver a ningún ser vivo, solo a Uraume cuando traia la comida a su habitación, ya que ver a la mayoría de mucamas quienes eran Omegas, lo enfadaba, se ponía tan mal que mataba a todos.

Lo único que existía en su dominio era su furia, incontrolable. Y la razón principal de su enojo era, el Omega, lo volvia loco no verlo, y esque aunque mandara cartas estás no eran contestadas, ni siquiera recibidas.

En ese instante odiaba a su orgullo por qué aunque quisiera ir al clan Itadori a pedir perdón, no lo haría.

Y sabía que la cago, nunca había hecho algo tan malo, incluso aunque Kenjaku lo revisara no tenía nada raro en su cuerpo. No había tomado ningun tipo de afrodisíaco, nada.
Su cuerpo era el mismo que siempre, uno sano, fuerte e impenetrable, su celo no apareció adelantarse ni nada por el estilo, y todo eso, por supuesto lo hizo enojar más. Ya que no tenía excusas, no existía ningún porque a su comportamiento.

Y aunque lo meditara, todo fue normal, el Omega ni siquiera se le había insinuado, más bien al contrario el sentía la necesidad de tenerlo cerca, el lo obligaba a qué se sentara en sus piernas, el expulsaba feromonas, quizás la suma de todo eso era la razón por la cual el Omega no recibía ninguna carta de el.

Pero, eran sus instintos hablando, su Alfa parecía rogarle hacer eso, y el como la orgullosa maldicion que era, nunca negaria nada de lo que sus instintos pidieran, siempre habia sido asi, pero tambien siempre habia podido controlarse y nunca habia perdido la memoria.

Había entrado en tal estado de confusión que estaba a nada de pedir un concejo de Uraume.

—Mi señor— La voz de la maldición en la que pensaba hablo detrás de la puerta.

—Pasa—
Se extraño, por qué no recuerda que sea hora de la comida, aun así lo dejo entrar.

—Es una carta— Inconscientemente se emociono —De parte de los ancianos— Uraume le entrego la carta a uno de sus cuatro brazos.

Bufo pero la recibió y empezo a leerla

«Rey de las maldiciones, Sukuna Ryomen se requiere su presencia en el templo principal, es una reunión oficial a la que asistirán todos los líderes de los cuatro clanes principales con los herederos.
—El concejo.»

Dejo de lado la carta, aburrida, mal escrita y con la letra temblorosa, como siempre.
Era solo una reunión aburrida como las demás, probablemente se hablaría sobre como Gojo no debería de empezar una guerra por qué las vidas humanas y demás; aun así iría, por que iban a ir los herederos, y quizas sea su oportunidad de hablar con el Itadori.

Volvió a leerla y no mencionaba fecha, suspiro, el entendía que los humanos le temian, pero el miedo no era una excusa para la estupidez.

—¿La fecha?— Menciono mirando a Uraume, quien parecía sorprendido, probablemente porque el siempre rechazaba estás cartas.

—Segun nuestros informantes es en una semana—.

Sonrió, Uraume siempre tan útil y responsable, ya ha de haber investigado absolutamente todo, e incluso probablemente ya habría elegido a algunos espías, para tener todo sumamente controlado.

—¿Ira Itadori?—.

—Si, irá el, su hermano Choso y el líder Jin—.

—¿Los tres?—
Pregunto curioso.

—Segun tengo entendido, Jin ha anunciado al joven Itadori como su heredero pero los ancianos no lo aceptan, así que ha empezado a llevar a Choso también, se rumorea que es para poco a poco sacar al joven Itadori del puesto—.

Frunció el ceño, aunque el Itadori le habia dicho que los ancianos no lo aceptan, no creía que Jin fuera a sacarlo de su puesto.

Igual no creía que fuera posible, por qué según investigaciones de Uraume, Yuuji Itadori ha estado teniendo y aumentando sus contactos, ayudando de formas simples a otros clanes, así que suponía que aún si su padre lo desheredara, le sería difícil a Choso poder recibir la misma cantidad de ayuda, y aun mas por qué los informes mencionaban que el pequeño imperio de Itadori por debajo de la mesa era muy leal.

Sonrió, conociendo la inteligencia del Omega, probablemente siempre ha pensado en la posibilidad de no poder asumir el puesto como líder del clan y por esa razón, ha hecho que sea difícil para Jin sacarlo.

—Prepara las cosas para ir al templo mayor—.

Uraume abrió aún más los ojos y solo dijo:
—Si mi señor—.

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Holi (de nuevo).

Pues ya se me agotaron los capítulos, ahora lo que toca es escribir más.

Y realmente no tengo nada que decir más que perdón por tardar tanto en actualizar.

Bay ☃️☃️

Cerezo Sangriento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora