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**Noah**

La mansión de los Cullen siempre me ha parecido un lugar mágico. La luz filtrándose a través de los árboles, la brisa fresca que acaricia mi piel... y, por supuesto, la compañía inusual pero encantadora de vampiros y licántropos. Esta vez, Carlisle me pidió que me quedara por una temporada. ¿Cómo podría resistirme?

Renesmee, la pequeña híbrida, se mostró emocionada cuando escuchó que tenía un perro llamado Lucas. A sus tres meses, Lucas era un cachorro rubio y diminuto. Renesmee me bombardeó con preguntas sobre él, y yo, en mi intento de ser gracioso, solté:

-Lucas sería el hijo de Jacob, el lobito-. Renesmee rió, sin saber que Jacob estaba a punto de aparecer.

Y allí estaba él, emergiendo de entre los árboles, con su sonrisa característica y los ojos entrecerrados. "

-No cambias, descabezada Noah-, dijo, rodando los ojos.

Jacob siempre me llamaba así, como si mi cabeza estuviera flotando en algún lugar entre la realidad y la fantasía.

Nos sentamos en la terraza de la casa de los Cullen, rodeados de vegetación y con el sol de la tarde calentando nuestras pieles inmortales. Renesmee, Jacob y yo comenzamos a jugar un juego de mesa. Las piezas se movían con una gracia sobrenatural, y las risas llenaron el aire.

-¿Qué tal si Lucas también juega?-, bromeé

Jacob negó con la cabeza. -No, gracias. No quiero que me gane-

Renesmee se rió, y yo me sumergí en la extraña normalidad de este momento. Vampiros, licántropos, todos compartiendo risas y juegos en la casa de los Cullen.

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Han pasado tres meses, y mi vida ha dado un giro inesperado. Me encuentro en Forks, el pequeño pueblo al que Carlisle me trajo como testigo. La familia Cullen me rodea ahora, y es un cambio reconfortante después de mis solitarios días en Rusia, solo con mi pequeño cachorro, Lucas.

Nuestra acogedora casa en Forks es un refugio, y he establecido una rutina. Carlisle, con su guía amable, me está enseñando los entresijos del hospital. Pensé que mi formación en biología haría que la enfermería fuera pan comido, pero vaya, estaba equivocada. Cada tarde, me dirijo a la casa de los Cullen, donde Carlisle comparte su sabiduría sobre enfermería. El progreso ha sido gradual, pero estoy mejorando.

Lucas, mi adorable peludo, ha sido mi compañero constante. Pero últimamente, mi apretada agenda me ha dejado sin tiempo para darle la atención que merece. Ahí es donde entra Renesmee. Ella se ha convertido en la cuidadora de Lucas mientras trabajo. Después de todo, Lucas sigue siendo un cachorro, y necesita mucho cariño y cuidado.

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El hospital es un mundo en sí mismo. Cada día, me sumerjo en la marea de pacientes, historias y esperanzas. Hoy, un niño con ojos grandes y llenos de lágrimas llegó a mi consulta. Se había caído, y su pequeño brazo estaba enyesado. Mi corazón se ablandó al verlo, y decidí endulzar un poco su día.

-¿Sabes qué, campeón?- le dije, agachándome para estar a su altura. -Si te recuperas pronto, te prometo un dulce especial.-

Sus ojos se iluminaron, y una sonrisa tímida se asomó en su rostro. -¿De verdad?+ preguntó.

Asentí con solemnidad. -De verdad. Pero solo si sigues las instrucciones del doctor y te portas como un valiente.-

El niño asintió con entusiasmo y me dio las gracias. Salí de la habitación con la sensación de haber hecho algo bueno. A veces, esas pequeñas promesas son las que nos mantienen a flote en este mar de enfermedad y preocupación.

En cuanto a los Cullen, he estado ocupada. Demasiado ocupada para mantenerme en contacto con todos ellos. Carlisle y Esme son los únicos con quienes he hablado últimamente. El resto de la familia parece un eco lejano en mi mente. Quizás sea el trabajo, o tal vez estoy luchando por encontrar mi lugar. Pero Renesmee cuida a Lucas mientras estoy fuera, y eso me tranquiliza. Al menos, no estoy sola en esta nueva vida

me entra una llamada
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Noah: *(Contestando)* Hola, Noah al habla

Carlisle: Noah, soy Carlisle. ¿Cómo ha sido tu día en el hospital?

Noah: Intenso, como siempre. Pero ese niño con el brazo enyesado... su sonrisa hizo que todo valiera la pena.

Esme: Eres increíble con los pacientes, Noah.

Noah: Gracias, Esme. A veces, siento que estoy en el lugar correcto.

Carlisle: Estás haciendo un gran trabajo. Y no te preocupes por los demás. Todos entendemos lo ocupada que est

Noah: Sí, pero... echo de menos a los demás. ¿Cómo está Lucas?

Renesmee: Lucas está bien. Le encanta jugar en el jardín conmigo.

Noah: Gracias, Renesmee. Eres un ángel guardián para él.

Renesmee: Solo hago lo que puedo. Somos una familia, después de todo.

*Fin de la llamada*

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The vulturi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora