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**Noah**

El hospital era mi refugio, un lugar donde la monotonía de las heridas y los pacientes distraía mi mente de los recuerdos dolorosos. Pero hoy, la tranquilidad se desvaneció en un instante.

El grito de Bella resonó por los pasillos, como un eco de tormenta. No necesitaba verla para saber que estaba furiosa. ¿Edward? Sí, eso tenía sentido. El triángulo amoroso entre ellos había sido un torbellino de emociones desde que llegué a Forks.

Salí de la habitación del paciente, dejando atrás la pierna sellada y la gratitud del hombre. Mi mente estaba en otro lugar, en la tormenta que se avecinaba. Bella estaba allí, en algún rincón, desatando su ira contra mí.

La encontré en el pasillo, sus ojos rojos como la sangre. -¡Perra insinuadora!-, me gritó. -Has robado a Edward de mí-. Sus palabras eran dagas, y mi paciencia se desmoronaba.

Mis colmillos emergieron involuntariamente. La rabia ardía en mis venas. ¿Quién era ella para juzgarme? ¿Para llamarme perra? Pero antes de que pudiera atacar, Carlisle apareció como un ángel protector.

Empujó a Bella hacia atrás, su voz firme. -¡Respeto!-, le espetó. -Noah es parte de nuestra familia ahora. No toleraré tu comportamiento irrespetuoso-. Su mirada se clavó en Bella

Bella retrocedió, pero no sin lanzarme una última mirada llena de veneno.

-Maldita vampira sin gracia-, murmuré entre dientes. ¿Quién era ella para decir eso? Yo también tenía mis demonios.

Carlisle me miró  -Noah, mantén la calma. No te rebajes a su nivel-. Asentí

respirando profundamente. No quería ser como Bella. No quería ser una vampira sin gracia.

Así que me alejé, dejando atrás a Bella y su ira. Pero en mi mente, sus palabras seguían resonando. "¿Quién era ella para decir eso?

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Desde mi auto, observé a Alice y Rosalie paradas frente a mi portón. Sabía que venían a hablar sobre la desagradable discusión con Bella. La que me llamo "perra roba hogares" Pero, sinceramente, no me importaba. Bella era una vampira insegura y dramática, y su relación con Edward estaba en un constante declive. Yo no tenía nada que ver con eso.

Al entrar a casa, les serví algo de beber mientras Alice y Rosalie despotricaban sobre Bella.

-¿Cómo puede ser tan insegura?-, se quejó Rosalie.

-Edward merece algo mejor-, añadió Alice.

Asentí, compartiendo su frustración. Bella era un problema constante, y yo no quería estar involucrada.

-¿Por qué le afecta tanto?-, preguntó Rosalie. -Eres solo la dueña de Lucas, el perro de Renesme-. Suspiré.

Era cierto. Mi única conexión con Edward era a través de Lucas, pero eso no me convertía en una "roba hogares". Bella estaba exagerando.

-No deberías preocuparte por ella-, dijo Alice. -Es una vampira patética-. Asentí nuevamente.

No tenía intención de seguir discutiendo con Bella. Mi vida estaba llena de suficientes problemas sin agregar más drama sobrenatural.

Así que, mientras Alice y Rosalie continuaban hablando, decidí ignorar a Bella.

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