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**Noah**

necesitaba un respiro. La semana había sido agotadora, y decidó caminar hacia el bosque para despejar mi mente. Inhaló profundamente, sintiendo la frescura del aire y la calma que solo la naturaleza podía proporcionar. Pero entonces, escuchó sonidos. No me alarmó; probablemente solo era algún animal. Sin embargo, cuando giró la cabeza hacia un punto fijo, me encuentro con la mirada de Edward, recostado en un árbol con el ceño fruncido.

"¿Ahora eres un acosador?" pensó Noah, enviando el mensaje mentalmente.

Edward alzó una ceja, como si hubiera oído sus pensamientos.

-No soy un acosador de vampiras, Noah. Paseaba por aquí y nos encontramos de casualidad-, respondió con su voz suave y melódica.

No estaba convencida. -¿Casualidad? En el mismo lugar, a la misma hora-, murmuró.

Edward rodó los ojos, exasperado. -No cambias, ¿verdad, Noah?-

La tensión entre nosotros era palpable mientras me ponía de pie y pasaba junto a él, decidida a ignorarlo.

Pero Edward no se quedó atrás. me siguió.

Y en mi mente,  le preguntó: "Edward, ¿me quieres matar?".

La respuesta fue irónica -Oh, si quisiera hacerlo, vampirita, ya estarías muerta hace rato-.

me devolví hacia él, furiosa. -¿Qué quieres, vampirito acosador?-, le espetó.

Edward se acercó más, su aliento frío rozando con mi piel. -Me vuelves loco, tonta desquiciada. ¿Qué me hiciste?- susurró.

  intentó mantener la calma. -Edward, no está bien que digas eso. Estás casado-.

él, algo ebrio, respondió con desdén -Ex casado, tonta"-

Ruedo los ojos, sintiendo una mezcla de enojo y atracción. ¿Cómo había llegado a este punto?

Noah sentía cómo Edward se acercaba, su presencia envolviéndola como una tormenta. Retrocedió, pero un muro la detuvo, atrapándola en su lugar. Edward continuaba avanzando, y sus respiraciones chocaron en el aire cargado de tensión.

-Noah-, susurró, y sentí el escalofrío recorrer mi espalda.

-¿Qué quieres, Edward? Tienes una hija y una esposa-, le recordó, tratando de mantener la calma.

Edward rodó los ojos, como si la respuesta fuera obvia. -Ya te lo dije, tonta. No estoy con Bella. Nunca me gustó-. Su mirada penetrante me atravesó. -Quiero estar contigo-

Aprieto los puños. ¿Cómo había llegado a esto? Edward, el vampiro que me había cautivado desde el primer momento, ahora estaba aquí,

Edward confesando su deseo. -Me tienes loco-

Murmuró -Eso no funciona así-.

Edward sonrió con ironía. -Tienes razón. No funcionó. Pero tú... tú me vuelves loco, tonta desquiciada-. Se acercó aún más, y siento su aliento frío en mi piel. -¿Qué me hiciste?-

tragó saliva. -Edward, no está bien que digas eso. Estás casado-

-Ex casado, tonta-.

Me volví hacia él, desafiante. -¿Y qué esperas de mí? ¿Que caiga rendida a tus pies?-

Edward me miró con intensidad. -Exactamente-

Ruedo los ojos. -Edward. Pero no soy un juguete para tus caprichos. No puedes tenerlo todo-

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El aire vibraba con una tensión eléctrica mientras Edward se acercaba, desafiando mis palabras.

-Aléjate-, le había dicho

pero él parecía atraído como un imán hacia mí. Su aliento cálido rozó mi piel cuando sus labios se posaron junto a mi oído.

-¿Por qué debería alejarme?- susurró Edward, su voz ronca -Noah, sé que también me deseas. No puedes negarlo-

Mi corazón latía desbocado en mi pecho. ¿Cómo podía leerme tan bien? Edward era peligroso, pero también irresistible. Sus manos grandes y fuertes se deslizaron por mis caderas, y mi cuerpo reaccionó como si tuviera vida propia. Me sentía como un cachorrito indefenso, atrapado en su hechizo.

-Edward...- jadeé su nombre, incapaz de resistirme. -No deberíamos...-

Pero él no me dejó terminar. Sus labios encontraron mi piel, mordisqueando mi oreja con una urgencia que me hizo temblar. Cada beso, cada roce, encendía el fuego dentro de mí. Las palabras se desvanecieron, y solo quedó el deseo abrasador.

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con mi voz entrecortada-Edward, esto está mal. No podemos...-

Edward con su voz ronca-Noah, no puedo evitarlo. Desde el momento en que te vi, supe que eras diferente. Eres mi debilidad.-

-Pero... las consecuencias...-

-¿Y si no nos importan las consecuencias? ¿Y si solo nos dejamos llevar?-

Suspiro-Edward, esto es peligroso.-

-A veces, lo peligroso es lo más emocionante. ¿No crees?-

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The vulturi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora