VII

2.6K 112 41
                                    

George me caía bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

George me caía bien.

Me había facilitado los dos días en España, ninguno habíamos conversado mucho antes de aquello y, aún así, me hizo sentir como si hubiéramos sido amigos desde hacía mucho tiempo.

—Así que, en París, te besó.

—Sí. Lo hizo.

—¿Y después de aquello...?

—Éramos unos críos, George. Cuando volvimos a casa fue como volver a un golpe de realidad. Charles volvió a su vida con La Fórmula y yo me centré en mis estudios. Además, poco después mi madre volvió a tener un episodio de depresión, solo tenía tiempo para ella.

—Lo siento mucho, Yael. Lo cierto es que creo que eres alguien bastante admirable. Yo... no sé cómo hubiera gestionado todo aquello. Si, de hecho, tengo que ir al psicólogo cada semana porque, bueno, no es una vida perfecta, en realidad.

Siempre me había preguntado qué es lo que le podría faltar a alguien que era conocido por lo que le gustaba y, además, ganaba bastante dinero.

Pero con George lo supe al instante.

—Quiero decir, no me quejo, de verdad que no. Solo necesito ayuda para gestionar la presión que hace que me genere ansiedad. La gente que me apoya es increíble, lo juro, no me quejaría porque todos y cada uno de ellos me hacen sentir menos...

—Solo —terminé la frase por él—. Menos solo, ¿no?

—Y más útil.

—Necesitas la validación que Mercedes te quita, quiero entender. Pero, en realidad, no la necesitas de nadie más que de ti. Y, hablando de tu soledad, tu propia compañía es bonita, George. Cuando me fui a New York tuve que aprender a estar sola. Y lo hice muy bien. Y, cuando volvía a Mónaco, con mi familia, tenía que aceptar que esa soledad se desvanecía por un tiempo. Me gusta estar sola. Aprendí muchas cosas de mí.

—Me da miedo delirar. Disociar la realidad. Cambiar las expectativas por no tener a alguien que me mantenga cuerdo. Y por eso me da miedo estar solo.

—Siempre —lo miré—, siempre vas a tener a alguien que te devuelva a la Tierra cuando ya has creído deshacerte de ella.

George se quedó quieto, observándome, como cuando alguien quiere observar todo el detalle de otra persona. Miró la zona de mis ojos, pero no mis ojos, quiero decir que miró mucho más. Supuse que las líneas que se formaban alrededor, y luego subió a la raíz de mi pelo, más oscura que mis puntas, para después poner una mano en mi hombro.

—Te quiero conservar toda la vida —sonrió—. Le tendré que dar consejos a Charles de cómo conquistar a una mujer. Así tendré una excusa para mantener el contacto.

—No seas idiota, George. No lo necesitas a él para mantener el contacto.

Su móvil sonó en medio de la conversación, me hizo un gesto disculpándose y vio de quién se trataba.

𖥻 TRACK 16: HOTLINE [ Charles Leclerc ] | Fórmula UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora