I

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Una cosa estaba clara;

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Una cosa estaba clara;

No tenía ni idea de cómo mi hermano había conseguido mi aceptación para ese trabajo.

Pero ahí estaba.

Mattia me intentaba explicar que el último fotógrafo que habían contratado les jugó una mala pasada, y desde entonces no habían querido volver a saber nada de él.

No le prestaba mucha atención. Enfrente de mí estaba Fernando Alonso. El hombre que hizo que me obsesionara por las carreras. Lo cual consiguió que mi hermano se introdujera en ellas. La ironía de todo era que por aquel entonces eran rivales.

—Te presentaré al equipo.

Asentí y lo seguí. Tampoco tenía muchas opciones. Aunque ya conocía bastante bien a su equipo.

—Peter es tu hermano, pero a partir de este momento, a partir de aquí —señaló la oficina de Ferrari—. No lo es. Claro que el hecho de que él te haya recomendado influye y sabemos que eres importante para Peter, pero no quiero mezclar términos. Eres buena fotógrafa. Una cosa no quita a la otra.

Enseguida sentí que todo por lo que había luchado se había reducido a un: Peter era quien era, así que tú estabas donde estabas por él.

Quise tragar saliva, pero no lo hice, porque no quería que supiera que podía tener cualquier efecto en mí. Le sonreí y cuando encontré mis palabras respondí:

—Entiendo. Está bien.

—Recuerda que la primera sesión la tenéis a las 17 de la tarde. En el estudio que te mandamos por correo, ahí tienes la dirección también.

—Gracias, Mattia.

—Puntualidad.

Me sudaban las manos. La garganta me picaba. Y los pulmones parecían no transpirar bien.

—Por supuesto. Me tomo mi trabajo en serio —respondí, sin embargo.

Él asintió con una sonrisa y se marchó a hablar con el principal ingeniero de Alonso. Solté un suspiro largo, intentando relajar mis músculos.

No lo conseguí.

Sabía que no iba a ser una entrada fácil, pero hasta la información que yo tenía, Mattia no parecía ser el jefe de equipo que más intimidaba en el paddock.

Escuché una voz gruesa a mi costado que me hizo dar un respingo, de repente, a mi lado, se encontraba Fernando. Con su mono rojo apretando su piel.

—¿Perdón? —pregunté cuando me di cuenta de que no le había prestado atención.

Se rio.

—Decía que Mattia a veces puede parecer serio, y un bocazas. Pero en realidad es todo lo contrario. Recuerda, Yael, que un perro ladra mucho antes de morder.

𖥻 TRACK 16: HOTLINE [ Charles Leclerc ] | Fórmula UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora