XVI

963 63 60
                                    

Charles

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Charles.

Hay algo que Yael nunca os contó.

Pero tengo el placer de hacerlo yo.

Y, para ello, tenemos que remontarnos al año 2020.

¿Recordáis aquellas fotos que salieron públicas de una Nochevieja, en las que salíamos ella y yo?

Bien. Pues esa Nochevieja, lo cambió todo.

Me cambió a mí. Sobretodo a mí.

Verla entrar junto a su madre y sus hermanos al restaurante fue una sacudida directa a mi cuerpo.

No era sorpresa para nadie que, aún llevando tiempo sintiéndome vacío, ella era la única capaz de hacerme sentir algo.

No me importaba que fuera rabia, odio, o sentimientos encontrados, el caso era que me hacía sentir y eso hacía que recordara que era humano.

Cuando se sentó enfrente de mí, me hizo un gesto con la cabeza.

—Hola, Charles.

—Yael —hice el mismo gesto con la cabeza.

Lo cierto era que la tensión se palpaba en el ambiente. Pero no sabría deciros qué tipo de tensión era. Anhelaba todo lo que tuviera que ver con ella. Pero no sentía que eso fuera recíproco, y aquello me irritaba.

Normalmente, era ella la que me quería y yo el que se alejaba. Cuando era al revés, era... jodidamente extraño. Y doloroso.

—¿Qué tal todo con Beth? —le pregunté.

—Oh, muy bien. Ella parece otra persona diferente. Es más atenta y menos...

—¿Manipuladora? —pregunté.

—¿Abusiva? —preguntó Peter.

—¿Idiota? —sugirió Lucas.

—Vale. Lo he pillado. Dejadme en paz.

Sonreí negando cuando vi la expresión divertida de Peter. Pero al parecer, a Yael no le hacía ninguna gracia.

—Solo decimos que te mereces algo mejor.

—He dicho que ha cambiado. Y agradecería que, cada vez que nos reunamos, dejarais de meteros en mi relación.

Todos levantamos las manos en forma de inocencia. Ella rodó los ojos y nos ignoró durante diez minutos.

—¿Me acompañas afuera?

Me miró. Aquellos ojos grises se clavaron en mí. Eran hipnóticos, no podía dejar de admirarlos.

—¿Vas a seguir metiéndote conmigo?

—No.

Se levantó sin decirme nada más. La seguí por detrás y me permití mirarla de arriba a abajo, ahora que ella no me miraba a mí. Llevaba un vestido negro que no le cubría la espalda, y siempre me pareció muy bonita la suya. Sus piernas, que las recordaba suaves, estaban más estilizadas con aquellos tacones de aguja.

𖥻 TRACK 16: HOTLINE [ Charles Leclerc ] | Fórmula UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora