Sour and Sweet // Yeonbin

Especial

Advertencia : Este especial no tiene nada que ver con el fanfic, pero si con la vida pasada de nuestros protagonistas

El final del pasado.

Yeonjun nunca presionó a Soobin para que denunciara a su esposo que lo maltrataba, era todo lo contrario.

A pesar de verlo golpeado, de haberle escuchado gritar, Yeonjun se sentaría en su balcón esperando a que Soobin saliera al suyo también, minutos después de que él se fuera del departamento. Entonces Yeonjun comenzaría una plática que haría que su menor olvidara todo su dolor, y fuera feliz por un breve momento.

Pero fingir que no ves nada cuando tu vista es aparentemente clara, puede traer grandes consecuencias.

—¡Me has estado viendo la cara de idiota todos estos meses! ¡¿Me crees un imbécil?!

Porque el que Yeonjun fingiera no saber del dolor de Soobin, solo para que el chico no huyera de él, no haría que se quedara a su lado toda la vida. Menos cuando cayó rendido a sus pies, y en un descuido le robó un beso a ese pequeño ángel bajo la atenta mirada de alguien más.

—Bin, me gustas —Yeonjun había susurrado.

Pequeños destellos de esperanza se reflejaron en los orbes del chico pecoso.

Y cuando la lluvia pareció haber cesado, sólo anunciaba el inicio de una tormenta.

—¡Responde, Soobin!

—No lo hice, lo juro —un grito estaba atorado en la garganta del castaño, su cuerpo inmóvil. Ya ni siquiera podía sentir alguna de sus extremidades.

Kai le había golpeado hasta cansarse.

—¡No me mientas! —sin consideración alguna lanzó una patada que se estrelló en la mandíbula del pecoso, haciendo su rostro deformarse aún más.

Soobin gimió casi al borde de la inconsciencia.

—He sido bueno —musitó mirándole con cariño.

Como si lo suyo fuera amor y no una dependencia.

—¡Un buen esposo no hace las cosas que tú has hecho! ¡Me estás engañando con el puto de nuestro vecino! —Huening le miró colérico—. ¡Te burlas a mis espaldas mientras yo trabajo para darte todo! ¡¿Quién mierda te crees que eres, maldita basura?!

«Solo eres un chico de diecinueve años, pequeño.»

—Perdón —se disculpó intentando enderezarse, pero Kai le empujó tomando el cuchillo en la mesa de la cocina.

Soobin no asimilaba lo enfermizo de toda esa situación, no podía terminar de creer que el chico que le prometió un para siempre y amor eterno, había mancillado su cuerpo y quebrado su alma.

Él le había concebido un bebé a Kai, pero este lo rechazó al saber que era una niña. Lo alejó de ella y le hizo creer al mundo que era de alguien más. Soobin le había dado su juventud, amor, lealtad, confianza y comprensión.

Le entregó su cuerpo y un desayuno caliente todas las mañanas esperando por él.

Y Huening lo estaba matando.

—Iré a acabar yo mismo con tu estúpido amante que tienes, Choi me las va a pagar —le señaló con el arma blanca—. Es un mal agradecido al igual que tú.

Las piernas de Soobin temblaron al momento que intentó levantarse para detenerlo, sus fuerzas estaban drenadas y por más que quisiera seguirle, apenas y alcanzó a ponerse de pie recargando su cuerpo en la barra.