La primera sonrisa

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-Nueva Orleans 1903-

Una joven estaba dando a luz en una de las salas, mientras eso pasaba un hombre esperaba afuera tranquilamente, en su pensamientos solo pasaba que él no debía acompañar a la mujer en ese duro proceso ya que ella se tenía que encargar en tener hijos y hacer el aseo de la casa.

Los minutos se convirtieron en horas y por fin, un llanto resonó en la sala y en el hospital, el hombre entro con un cara de poco amigo y miro a la mujer que estaba acostada en la cama bastante cansada.

-¿No pudiste hacerlo más rápido?, estuve en vela todo el día -Aquel hombre miro al niño y sonrió- Al menos valió la pena la espera

Sin más salió del lugar, la mujer suspiro y se sentó con bastante esfuerzo para recibir a su hijo, alimento a la criatura para luego dejarla dormir.

Ese fue el transcurso de un día, salió del hospital y su esposo la esperaba afuera como era de esperarse le gritó por no salir rápido ella con sumo cuidado tapo los oídos de su hijo, no quería que escuchará el ruido.

Cuando llegó a su casa dejo al bebé en una cuna.

-Mi querido Alastor siento haberte traído a un mundo de sufrimientos pero sé que no vas hacer igual a los demás -Salio de la habitación, viendo a su esposo en la cama.

-Ven, ya tuviste el bebé debes servirme ahora mismo -Ella sabía a qué se refería así que con tristeza empezó a quitar su ropa.

La noche fue dolorosa para la mujer que había tenido a su hijo hace pocas horas lo que no sabía era que ese bebé estaba siendo observado, una mujer bastante alta con un cabello largo y rubio lo observaba desde una esquina, no hacia ningún ruido solo miraba a la criatura, quien movió  su cabeza en dirección a ella como si supiera que estaba hay.

-Wow en algún momento me pertenecerá -Aquella voz femenina hablo mientras desaparecía.

Después de aquel suceso un llanto se esparció por toda la habitación, aquel niño estaba en busca de su madre quien estaba en pleno proceso de satisfacer a su esposo, cosa que el esposo la obligó a ignorar.

Las horas habían pasado y el bebé se había calmado, su llanto lo había hecho dormir, la madre se acerca a su hijo y lo abraza, con cuidado acariciaba su cabeza.

Una de las muchas noches que iba a sufrir no solo la madre si no su retoño.

Solo se tenían el uno al otro.

-Nueva Orleans 1906-

Ya habían pasado tres años, el niño creció con salud y cariño de su madre, un infante bastante singulos acomparacion de los demás, disfrutaba de saltar, bailar y sobre todo ver cómo sufrían los animales.

Mientras jugaba vio como una sombra aparecía en el bosque, con curiosidad y desobedeciendo lo que decía su madre, se acercó al bosque adentrándose en la oscuridad de este, mientras caminada veía todo con curiosidad sin dejar de seguir la sombra, sin darse cuenta ya no sabía dónde estaba.

Mientras eso ocurría una madre busca a su hijo preocupada, tenía miedo a que alguien se lo haya llevado y no solo eso, si su esposo se enteraba la mataría, vio el bosque y su preocupación creo cuando estaba apunto de entrar vio como su hijo salió, pero mirada era diferente, algo había cambiado en ella, como si estuviera perturbado.

-¿Estas bien? -Se acerco a el y lo abrazo cargandolo en sus brazo.

El niño solo asintió con una sonrisa, ambos entraron pero todo cambio en la mente de aquel niño, nadie se podía imaginar que había visto ni quién era esa sombra, lo que sería un gran misterio no solo para su madre si no también para los lectores de esta historia.

Las horas habían transcurrido a lo que la madre se daba cuando de los cambios de había sufrió su hijo, este se encontraba escuchando la radio cosa que no era normal para un niño de tan solo tres años, en infante se notaba relajada mientras miraba a su madre con una sonrisa sin decir nada.

La madre vio la hora y se asustó bastante no había terminado de hacer la comida ni había arreglado la sala ya que se había preocupado por su hijo, en poco tiempo llegaría su esposo y si veía el desastre la golpearía.

Como era de esperarse en menos de 20 minutos no podía arreglar lo que no hizo en todo el día, la puerta se abrió y a los segundos un hombre entro enojado.

-Hola cariño -Resivio un golpe como respuesta.

El niño quien no se notó asustado miraba la escena con enojo de su parte, cosa que era sorprendente de un niño, no decía nada solo miraba y escuchaba los gritos, algo en el se estaba rompiendo, agarro su cabeza con fuerza, no queria ver más aquello, como su padre golpeaba hasta sangrar a su madre.

Después de unos minutos dejo a su mujer en paz para ir al sofá, la joven al ser liberada se limpio la sangre para correr hacer el almuerzo.

Las horas habían pasado ya la casa estaba lista al igual que el almuerzo, la familia se sentó en la mesa, mientras eso pasaba el ambiente estaba bastante pesado, aún siendo un niño su mente era capaz de asimilar lo que pasaba, no de la misma forma de un adulto pero sabía que estaba en peligro.

Después de la cena y varios regaños de su padre por su postura y forma de comer, termino la cena, su madre lo subió a la habitación.

-Mama la luz -En un pleno balbuceo se refería a que estaban en una cárcel donde solo debían buscar la luz.

Su madre no entendía así que prendió una lámpara para que lo acompañará en la noche.

El niño no podía dormir ya que en el momento que salió empezaron a discutir el se tapaba los oídos con miedo, mientras temablaba, esta vez porque si se escuchaban los gritos de su madre.

-Yo cuídate de ella -Seco sus lágrimas y cayó dormido.

Lo que esconde una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora