Todos los transeúntes miraron a otro lado con terror, tenían miedo incluso de respirar cerca del pequeño y lindo chico que se encontraba explorando el mercado de la capital.
La ropa del rubio era una túnica roja con decoraciones doradas, el color resaltaba su piel blanca y labios rojizos, esa ropa caracterizaba a la realeza del imperio. La emperatriz Jeon JiMin caminaba con calma y una sonrisa en el rostro por el mercado.
Repentinamente, los pasos del chico se detuvieron, con sus ojitos brillando, caminó con rapidez hacia una elegante tienda de joyería, era la mejor tienda en todo el imperio
—¡Mira que bonito es todo!—exclamó con emoción hacia su esposo, el emperador Jeon Jungkook.
La mirada de la emperatriz iba de una joya a otra, había collares, pulseras y zarcillos muy hermosos, absolutamente todo llamaba su atención.
El pelinegro sonrió un poco, en definitiva su esposa era la más linda del mundo.
—Sí, es muy deslumbrante.—el chico asintió de manera consecutiva y comenzó a recorrer el lugar, aunque era elegante la tienda no era muy grande por lo que en poco tiempo el chico exploró el área.
JiMin se veía muy emocionado, el rubio pudo reconocer al instante que quería algo de la tienda, una sonrisa tierna adornó su rostro frío.
—¿Quieres que te compre algo?—el rubio se sonrojó, sus manitos viajaron hacia el borde de las mangas de la túnica y comenzó a jugar con ella por los nervios, su mirada esquivaba la figura de su marido.
—N-no...—dijo no muy seguro, el pelinegro acarició el sedoso cabello de JiMin y plantó un sonoro beso en su frente, el chico sonrió ampliamente y puso una sonrisa tonta en el rostro.
Jungkook plantó otro beso, su bebé se veía tan tierno.
—Elige lo que quieras bebé.—el emperador miró con frialdad a los trabajadores, todos temblaron y con rapidez fueron a buscar los mejores productos de la tienda.
Pronto varios hombres se pararon frente a la pareja con sus mejores joyas en las manos, todos temblaban en su interior por el miedo, pero mantenían una sonrisa profesional en su rostro.
El rubio tomó la mano de su pareja y lo llevó a probarse cada una de las joyas, probó collares, pulseras y algunos zarcillos que no parecían tan femeninos.
—¿Cuál me queda mejor?—cuestionó la emperatriz enseñándole los que más le habían gustado a su pareja.
Eran tres collares, uno era un collar bastante simple, tenía una pequeña correa suave negra y en el centro se mantenía colgando un pequeño diamante.
El segundo era un collar de oro con tres pequeñas gemas azules un poco separadas entre sí. El tercero era un simple collar de plata con una gran gema roja en el centro.
Jungkook no podía decidir, según él, todas esas cosas le quedaban bien a su bebé.
El pelinegro tragó grueso, si no decía nada JiMin podría enojarse o sentirse triste, no quería eso.
Antes de que pudiera decidir uno de los trabajadores, el más nuevo y joven de ellos, se acercó a ellos con intenciones de hacer sugerencias. Los guardias de Jungkook iban a detenerle, pero el emperador los miró y al final no lo hicieron.
—S-si los señores me permiten, p-puedo hacerles sugerencias.—Jungkook levantó una ceja, pero JiMin solo asintió agradecido con el joven trabajador.
El joven era un chico de cabello castaño, facciones comunes y parecía tener unos diecinueve años, su vestimenta estaba algo gastada y parecía de clase media-baja.
—¡Gracias!—el trabajador sonrió con cortesía, no se atrevía a demostrar con su rostro lo tierna que le había parecido la sonrisa del pelinegro.
Jungkook notó su miedo pero no le importó, la única persona que le importaba era su bebé.
—¿Qué color le gusta usar a la señora emperatriz en su vestimenta?—JiMin pensó por unos instantes, al tener la respuesta dijo con una sonrisa.
—Rojo, blanco y amarillo.—son sus colores favoritos, al igual que el rosado pastel pero la gente de la corte decía que se veía muy femenino con ese color en su ropa.
—Entonces, propongo que compre el collar negro con el pequeño diamante, este diamante es un poco blanco, este color queda muy bien con cualquier otro tono.—sugirió el joven, JiMin lo reflexionó y al cabo de un rato asintió con emoción.
—Llevaré este.—le extendió el accesorio al joven para que lo empacara, el rubio llevo a Jungkook para que pagara.
El emperador siguió a su esposa, miró a uno de sus hombres y este le dio un pequeño saco blanco con una cinta dorada, dentro del mismo había monedas de oro y algunas de plata.
—Empaque los tres collares.—dijo Jungkook sacando el dinero, la emperatriz lo miró con confusión.
—Pero Kookie...—antes de que pudiera protestar el joven emperador sonrió con dulzura y acarició el cabello del rubio.
—Los tres te quedan bien amor, cualquier cosa que uses luce precioso en ti.—JiMin se sonrojó y desvió la mirada, no importa cuanto tiempo pase, siempre se siente tímido ante los cariñosos halagos de su esposo.
La pareja compró fácilmente los tres artículos, ambos se fueron con una sonrisa en el rostro. Al verlos irse junto con los guardias todos en la tienda dieron un suspiro de alivio, no había pasado nada malo.
Todos pensaron casi lo mismo; la emperatriz es definitivamente la persona más mimada del imperio.
Nueva historia mis amores espero y le den cariño a esta historia
Sin más comencemos
Cc a hobitaennie
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𝐋𝐚 𝐄𝐬𝐩𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ᴬᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ
RomanceEs bien sabido que el emperador Jeon Jungkook es un buen gobernante, tranquilo, inteligente; también lo suficientemente frío y sanguinario para no dudar en eliminar a sus enemigos. Sin embargo, también se sabe que su pequeña esposa, Park Jimin, es s...