Es bien sabido que el emperador Jeon Jungkook es un buen gobernante, tranquilo, inteligente; también lo suficientemente frío y sanguinario para no dudar en eliminar a sus enemigos. Sin embargo, también se sabe que su pequeña esposa, Park Jimin, es s...
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El mismo día en el que Jungkook calmó los temores de su querida esposa, el príncipe del norte Kim Namjoon llegó al palacio imperial. El majestuoso carruaje dorado con madera nogal era hermoso y a primera vista te indicaba que los que estuviera en el interior poseían muchas riquezas.
Jiminy Jungkook se encontraban frente al palacio principal junto al menos doscientos soldados, algunos ministros y unos veinte sirvientes.
Ambos gobernantes se tomaban de las manos mientras portaban una sonrisa cortés, aunque solo se aplicaba al pelinegro el cual sonreía con gracia mientras Jungkook solo miraba el carruaje con semblante neutro.
En su corazón se preparaba para cualquier cosa, no creía que su amigo mostrara rechazo hacia su pequeño, pero era mejor prevenir que lamentar.
La emperatriz tragó grueso en cuanto la puerta del carruaje fue abierta por una sirvienta de manera elegante, emitió un llamado bajo para las personas en el interior del carruaje.
Las personas en el interior tardaron un poco y parecieron escucharse risitas amortiguadas antes de que salieran del carruaje dos guapos hombres tomados de las manos y sonriéndose mientras se miraban con cariño infinito
El emperador de cabello negro alzó una ceja, sabía que su amigo se había casado con un hombre, pero no pensó que fuera con el príncipe del pequeño reino del mar del este. Jimin por su parte solo estaba nervioso al ver caminar a la pareja hacia el lugar donde se encontraban.
La pareja sonreía con cortesía hacia los gobernadores del imperio, al llegar frente a ellos hicieron una ligera reverencia, Namjoon sonrió hacia su amigo y hacia el rubio a su lado.
—Un gusto estar aquí, emperador y emperatriz Jeon.—dijo el chico de cabello rojo con una ligera sonrisa en el rostro, Jungkook asintió hacia su amigo Namjoon, Jimin asintió y en el fondo se sintió un poco aliviado.
—Un gusto conocerlos, señor emperador y señora emperatriz. Mi nombre es Kim Seokjin, provengo del reino del mar del este.—el rubio asintió solemnemente, Jimin le dio una cálida sonrisa al chico de cabello castaño que acababa de presentarse.
Jimin se sentía más cómodo, pensó que recibiría malas miradas de los amigos de su esposo, pero no sucedió, ahora tenía la confianza para socializar con la pareja.
—Me llamo Jeon Jimin, es un gusto conocer al príncipe del norte y el príncipe del mar del este.—el rubio hizo una ligera reverencia, la pareja sonrió con amabilidad y le dijeron que no era necesario inclinarse.
En ese momento intervino Kwang, se inclinó hacia ambas parejas y apuntó con su mano el palacio mientras sus ojos se clavaban en el suelo.
—Pronto va a ser la hora del almuerzo, sus majestades deberían descansar en el comedor principal.—todos asintieron y agradecieron al viejo hombre, el hombre sonrió con suavidad.
