Pleasure | One-Shot's [Papulince x Panafresco]

Enamórate.

'Enamorate, nos morimos igual'

El sol comenzaba a salir, Miguel estaba despertando al lado de Luis. Hizo un gesto de desagrado luego de pasar toda su mano por los cabellos propios para luego bajarla y pasarla por toda su cara hasta llegar a su boca, dejó salir un pequeño bostezo y se quedó viendo el rostro tranquilo de Luis.
¿Cómo podria alguien como él ser alguien especial para Luis?

Se acercó considerablemente a su rostro y acarició aquella mejilla llena de pecas y un leve rubor. Aún recordaba la noche anterior y como habia llegado hasta ahí. Era increíble lo que el alcohol podia hacer en las personas. Una parte de él se sentia aliviado en nunca haber recurrido a lo que llamaban un buen trago gracias a que el olor de esas bebidas le causaban unas náuseas increíbles.

...

Hey, papu—La voz de Luis resonó en sus oídos a lo lejos. Volteó a ver instintivamente hacia aquella silueta de cabellos rojizos que le sonreía como tonto. Hizo una sonrisa de lado y caminó hacia él, golpeando sin cuidado su hombro dejando salir un pequeño "hey', mientras escuchaba al otro quejarse. Todos sabíamos que ese golpe no le dolió.

Eres un maricón, ¿Lo sabías?—Rió Miguel mientras buscaba algo en su mochila, caminando al lado de Luis.

Oh vamos papu, eres cruel—Luis se tocó el pecho, para luego verle de reojo y al enderezarse cambiar su expresión a una más seria.—entonces, ¿Iremos al bar o prefieres que vayamos a casa?

A Miguel le hacia falta diversión, y pensó que ir a tomar un poco podía hacerlo más fácil. Aceptó, olvidando por completo que él jamás tomaba; no fue hasta que se encontró dentro de aquel lugar con un Luis a media borrachera donde toda clase de olores se mezclaba en sus fosas nasales que recordó que él no tomaba.
Y es que en realidad, cuando quiso poner un pie afuera, Luis lo jaló hacia él, invadiendo el espacio personal y tomando su mano, dejando un par de billetes de alto valor y susurrandole un 'toma cuanto quieras, yo invito' para luego arrastrarlo hacia la barra, donde comenzaba su martirio.

Miguel en ningún momento tomó. Llevaba horas escuchando a Luis ponerse más y más borracho, contando sus secretos más oscuros.
Incluso se había enterado que mucho antes de él llevar a Luis a su casa, Luis ya lo había doxeado y conocía cada esquina de su apartamento, obviamente le pidió disculpas por ello. Era un idiota informático muy atractivo.

Aún así, Miguel hubiera dejado a Luis ahí abandonado, pero la mamá del anterior mencionado seguramente lo mataría y el aún adoraba su vida. Poco a poco se percató que sus oídos ya no se deleitaban dd la voz de Luis, así que decidió observar el reloj, eran casi las 2 am.

Hey, grasoso. Ven, es hora de irnos—habló, lo suficientemente fuerte para sacar de orbita a su acompañante. Quién se abalanzó sobre él, rodeando con sus manos el cuello del pelinegro mientras le sonreía bobamente sin decir palabra alguna. Se miraron unos segundos, era obvia la tensión qué se formaba—Me gustas más así. —Pensó; En voz alta para su desgracia, y ello llamó la atención del borracho, mirándole con notoria incredulidad.

¿Te gusto? —vaya pregunta sorpresa, Miguel rió más para si mismo que para Luis. No pensó que de todo lo que pudo decir justamente le prestara atención a esas palabras—No te riiias, papi—"papi" Miguel exhaló en sorpresa, realmente aquel ser estaba borrachísimo porque seguramente quería llamarle 'papu' como de costumbre—Es que tú, acabas de-, dijiste que yo, ¿yo te gusto así?—Miguel observó atento, la manera en la que Luis se comportaba en ese estado era simplemente extraordinaria; por ejemplo en ese momento no tenía confianza, se notaban sus titubeos en la voz y su rostro reflejaba lástima mientras se auto apuntaba con el dedo, como si gustarle a él fuera algo de otro mundo. Se veía tan dócil así, pero nunca cerraba la boca—y no es que tú, papu, yo no pueda gustarte, es solo que siempre dices que me odias y es confuso porque de verdad me gustas—su voz se hacía pequeñita, infantil, Miguel lo notó—y tú a mí, a miiii si me gustas y muchwo.