Inocencia arrebatada.

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Contenido no apto para personas sensibles, contiene: Abuso sexual, pedofilia, trastornos alimenticios, violencia, lenguaje vulgar y autolesiones.

Por favor leer bajo completa discreción.

Miguel, 18 años.
Luis, 19 años.
Relación establecida.

⏜⃞♡⠀⠀❀⠀⠀◦

Todo estaba oscuro. Sollozos eran lo que se escuchaba desde aquel armario. Pobre pequeño pelinegro que no podía permitirse pedir ayuda.

"¿Estás llorando, pequeño marica?"
"No me digas que no te gustó"
"Tu mamá no está para salvarte"

Sus manos apretaban con rabia sus muslos, si él no fuera tan lindo para su tío ¿estaría pasando por ese infierno?, si tan solo su mamá no trabajará día y noche, ¿estaría mejor? Llevaba un par de días en ese armario. Con unos shorts y una camisa de marinero qué apenas le proporcionaba calor, sin comida y con un poco de agua qué el mismo escondió la última vez. Seguía llorando pero con menor fuerza, había dejado clavadas sus uñas en sus muslos. Se asustó fuertemente, su tío le castigaría por eso.

Al fondo de aquel sollozo, escuchó los pasos firmes de quien pensó era su tío y tembló en su puesto, ya sabía lo que pasaría. Pero su mundo se llenó de una pizca de esperanza que se esfumó al instante cuando se percató que la mirada de reproche pertenecía a su madre por estar ahí en el armario, sacándole de un tirón y cargándolo como un saco de papas. Golpeó su trasero una vez, y Miguel temiendo lo peor la escuchó hablar.

Ya me dijo tu tío que no quieres salir de ese armario. No puedes vivir ahí y autocastigarte mientras yo no estoy, amor mío-habló firme, pero terminando con dulzura en su voz. Por un momento Miguel pensó en decirle el por qué de las cosas, que eso no era así, quería gritarle por ayuda. Pero al alzar la vista, su tío estaba tras ellos, sonriendole de la misma forma en la que siempre le sonreía cuando estaba apunto de dañarlo.

Tenía miedo de que dañara a su mamá. Su tío puso su mano derecha sobre su boca, indicando silencio y él asintió. Dejando salir de sus labios un "lo siento, mamá".
Su madre lo llevó a la tina mientras expresaba lo sucio que ae miraba. Le puso espuma a la bañera y jugó con él un rato, también le proporcionó muchos mimos. Para Miguel, los días con su madre eran lo único bonito de sentir.

No fue hasta que una llamada irrumpió aquella paz, puesto que su mamá lo dejó en manos de su tío nuevamente y salió corriendo a contestar la llamada. Aquel ser solo le sonrió y al asegurarse que aquella mujer no regresaría, se dirigió a Miguel.

¿Necesitas ayuda, miguelito?-habló con voz pesada mientras posaba esa mirada llena de deseo en su cuerpo y tomaba el jabón en sus manos para pasarlo con falsa delicadeza sobre la piel del menor, quien temblaba al tacto aspero-qué lindo eres, miguelito. Pero los niños lindos obedecen, así que levántate y date la vuelta, como te enseñe la otra vez-y así lo hizo, se dió la buelta y se sostuvo de la pared de la bañera. Sintiendo como pasaba el jabón por su espalda hasta llegar a su trasero, el cual comenzó a manosear sin cuidado. Luego pasó su mano al frente, masturbando el pene del menor. Quien comenzaba a soltar pequeños sollozos avergonzado y aterrado por tener que pasar esa situación otra vez. Sin querer un "mamá" salió de su boca.

El hermano de aquella mencionada, se sobresaltó y luego se rió. "Mamá no está, acaba de irse. Nadie te puede ayudar". Y comenzó a buscar la entrada del menor. Tembló y se tensó al sentir la mano del mayor dentro de sí mismo, comenzando a llorar más fuerte mientras sentía su ser desgarrarse por dentro. Las manos de aquel monstruo eran muy grandes y él era muy pequeñito.

Pleasure | One-Shot's [Papulince x Panafresco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora