Tuve la suerte de que mis pesadillas no me impidieron tener un buen inicio para el mejor lunes de mi historia, mi emoción llenaba a Zach de alegría ¿De verdad había pasado tanto tiempo sin sonreír de ese modo?
- No sabes lo importante que es para mí verte sonreír de esa forma - dijo con ternura admirando mi entusiasmo.
Yo era importante, lo era de verdad, al menos para alguien en éste mundo.
- Es gracias a tí hermanito -
Lo abracé fuertemente, los latidos de su corazón me hacían sentir en tierra, lejos de aquellas horribles pesadillas que atormentaban mi alma.
La familia de Zach nos esperaba en la pizzería, hicieron un pequeño festejo, anunciando que él sería oficialmente el dueño de ese local, podría hacer lo que quisiera con él, podía hacer realidad su sueño de llenar de arte un lugar y usarlo para embelesar los sentidos de cada persona que cruzara la puerta. Sus deseos eran tan puros que me inspiraban a ser la mejor versión de mí que podía, para ayudarlo, apoyarlo, y amarlo.
Los padres de Zach me querían de una forma en la que mi propia familia nunca había podido. Todo a mi alrededor cobraba un significado nuevo, mis ojos brillaban como luciérnagas al tenerlos cerca, mi existencia era significante allí, yo era alguien para ellos.
Las manos de la madre de Zach acariciaban mi rostro, sus ojos habían extrañado mirarme y cuidarme como lo hacía cuando yo era sólo una niña.
- Bienvenida a la familia, mi pequeña Lory- besó mis mejillas como una madre a su hija luego de una larga jornada de escuela, algo que nunca había sentido.
Me llenaron de una sensación de familiaridad a la que no terminaba de acostumbrarme, se sentía algo ajeno, pero real.
Mi trabajo era la cosa más magnífica que podría haber imaginado, el regalo más grande que haya podido recibir. Era la nueva Delivery de la pizzería, acababan de darme la oportunidad de recorrer esa ciudad mágica con la cual había soñado toda mi vida, me estaban dando la oportunidad de explorar y llenarme de un nuevo aire. Habían puesto una moto cero kilómetro en mis narices y no encontraba reacción que fuera suficiente como para agradecerles semejante obsequio.
- Serás nuestra mejor empleada, mi bella ricitos de oro - dijo la madre de Zach con su mirada luminosa puesta en mí, como si yo fuese la hija que nunca pudo tener.
- Prometo que daré todo de mí para que eso sea cierto - respondí sintiendo el calor de sus palabras en el pecho, le debía tanto.
- No tienes que prometernos nada, tú no nos debes nada, pequeña - agregó Ronald, el padre de mi amigo, con una mano distante pero cálida sobre mi hombro.
Era un gran apoyo, demasiado grande, acababan de darme un vehículo y aún así se empeñaban en querer convencerme de que no les debía nada, no podía dejar de preguntarme si era en verdad merecedora de aquella vida tan mágica.
Incluso los tíos y tías que jamás me habían visto estaban fascinados con mi presencia, era la situación más extraña en la que había estado, pero se sentía bien, muy bien. Todo lo que sentía era como un tornado que se apoderaba de mi cuerpo.
- Lo harás bien, ellos te aman - me tranquilizó Zach dándome un abrazo lleno de orgullo.
- Aún siento que despertaré en cualquier momento y me veré de frente con mi cruel realidad - no entiendo cómo algo tan magnífico puede estarme pasando.
Zach me pellizcó poniendo en su rostro una sonrisa malvada.
- ¿Lo ves? No es un sueño - dijo entre risas, es un tonto, pero es mí tonto.

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Mi Hogar En Tí
ChickLitEstoy escribiendo mi primera novela, cualquier critica constructiva que puedan ofrecer para mejorar mis técnicas de escritura será bienvenida. Tratemos de comunicarnos siempre con respeto y amabilidad, espero que disfruten lo que escribo 🥰