Mi Hogar En Tí

Una Noche

Seguía en mi búsqueda de trabajo, mientras tanto, ayudaba a Mabel, la mamá de Zach a distribuir sus pasteles y postres por la ciudad, insistía en pagarme, pero la convencí de que era suficiente con las propinas, ya ha hecho mucho por mí.

Estuvimos llenos de trabajo de planeación y organización ardua, será el proyecto más grande del que haya sido parte. Sorprendentemente no me siento cansada, colaborar en algo de forma constructiva era muy satisfactorio, normalmente mi vida me llevaba a tomar acciones destructivas. No había recibido noticias sobre mis padres ni sobre la comuna desde que llegué a Denver, mi carga se sentía mucho más ligera, por fin sentía que aquella oscuridad estaba lejos de mí, podía respirar en paz.

Zach y yo decidimos tomarnos esa noche libre para ir por unos tragos, tantas revisiones y presupuestos lo estaban volviendo loco, necesitaba una noche fuera.

Él llevó consigo a algunos amigos a quienes me presentó fugazmente, ya me los había cruzado anteriormente en el negocio conversando con él pero nunca me detuve realmente a conversar con ellos.

Nicolas era un chico demasiado extrovertido, aún más que Zach. Él trabajaba como instructor de danza interpretativa, era bastante enérgico y pretencioso, se autodenominaba como 'el alma de la fiesta'

- Zachy nos ha hablado mucho sobre tí, eres la persona más interesante que haya ingresado a éste grupo de homosexuales - bromeó un chico pelirrojo y pecoso que hasta el momento no se había pronunciado para otra cosa que no fuera decir 'hola'.

- Ahora me siento como una celebridad - dije sonriente para dar continuación a ese tono juguetón, parecía ser una persona agradable, aunque muy retraída, me agradó más que Nick.

Por otro lado, estaba Lana, una diseñadora alternativa con enormes ojos verdes que brillaban llenos de ilusión y ansias de grandeza, es de esas personas que con sólo verlas sabes que tiene las intenciones más puras que existen.

Fueron unos segundos de presentaciones que siempre resultan ser algo incómodos, era un grupo ya formado y me sentía como una intrusa. No creí encajar muy bien con los amigos de Zach, así que armé una red de seguridad invitando a Katt y a Víctor para no sentirme desplazada. Él se mostró muy sorprendido al ver que había llevado a dos amigos, creo que no esperaba verme siendo tan sociable.

Katherine fue la encargada de romper el hielo saludando a todos con familiaridad y una chispa alegre que la caracterizaba.

- ¿Ella es la clienta estrella? Es linda - dijo Zach con picardía, haciéndome sonrojar.

- No me hagas pasar vergüenza - lo regañé en voz baja dándole un codazo juguetón que le diera más peso a mis palabras.

- Está bien, gruñona -

Reímos en voz baja y fuimos a nuestra mesa reservada para alcanzar a los demás. Víctor no estaba muy seguro de cómo integrarse, pero Katt se desenvolvía y hablaba como si conociera a esas personas de toda la vida, su confianza es una habilidad que pocos poseen.

Los tragos bailaron por nuestra mesa haciendo que la desinhibición fuera más fácil, de pronto cada comentario nos hacía reír a carcajadas, supe cosas sobre mi mejor amigo que él nunca me había contado y que eran muy divertidas. Era un grupo diverso, tal vez por eso todo era tan interesante.

- Amo esa canción ¿Quieres bailar? - exclamó Katt levantándose y ofreciéndome su mano.

Levanté las cejas sorprendida, tomé su mano y nos aventuramos a la pista de baile, la danza no es mi fuerte, pero me divierto intentándolo. Todos bailaban al ritmo de canciones que me recordaban a mis escapadas con Zach en Louisiana, cuando pasábamos horas y horas bailando la música de sus cd's hasta que pudiera volver a mi casa vacía y silenciosa. Me llené de recuerdos de aquellas partes de mi adolescencia que puedo rescatar como buenas, fue algo mágico en su esencia.