── 𝐂α𝗍𐓣αρ ⛌ 𝐃ⱺ𝗀ᑯα𝗒┆ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵒᵗˢᵎᵎ

જ⁀➴ 6 (2/2)

AU: Los Smiling Critters viven en diferentes casas en una Pradera.

Ya estaba atardeciendo, y nuestro querido amigo felino seguía buscando a cierto can de color naranja.

Catnap había pasado horas buscando, busco en el río cerca de casa, en el campo de flores, en otras casas de los Smiling Critters pero nada, no se veía a Dogday por ninguna parte. En ese punto Catnap estaba tan angustiado que podría llorar, y eso que el odiaba llorar.
Aún así no iba a parar de buscar, no hasta a encontrar a Dogday, era cierto que ya estaba anocheciendo pero le daba igual, solo quería encontrar a Dogday y que este le dijera cualquier estupidez que podría salir de su boca, solo quería poder verlo de nuevo con su sonrisa de siempre, solo quería verlo, era lo único que pedía.

Decidió pasar por el bosque de manzanos, como ya había pasado anteriormente no encontró nada nuevo, o eso creía hasta que vio una cesta que estaba llena de manzanas, claramente alguien la había puesto allí junto con todas esas manzanas, era imposible que hubieran aparecido solo porque si, no tenía lógica.

Comenzó a mirar alrededor por si Dogday estaba cerca pero no veía nada, además que cada vez se ponía más oscuro, a ese paso sería mucho más difícil poder encontrar a Dogday.

Fue entonces que, por puro impulso se sentó en el borde del risco, con sus piernas colgando, había estado buscando a Dogday todo el día solo quería encontrarlo, soportaría cada cosa que dijera por más tonta que fuera, cada comportamiento infantil, todo, solo quería verlo bien y sin ningún rasguño encima.
Sin siquiera darse cuenta sintió como sus mejillas estaban mojadas, y como no, había comenzando a llorar solo por no haber podido encontrar a Dogday, y no era para menos, Catnap solía estresarse demasiado si no veía al can al menos una vez por día. Algo irónico para ser un gato, ya que estos animales preferían estar solos y si querían compañía era solo de una persona a quien quisieran mucho.

Catnap siguió llorando durante largo rato, con algunos sollozos de por medio, miro hacia abajo y pudo ver qué había toda una plantación de plantas con espinas, tuvo buena suerte al verla ya que al instante se levantó de donde estaba alejándose un poco del risco pensando que si se caía nadie podría ayudarlo, prefería alejarse por un simple pensamiento que quedarse allí y esperar algo peor.

Pero la plantación le causó curiosidad, y como aún no estaba tan oscuro y por la zona de abajo no había buscado a Dogday decidió bajar a investigar. Fue muy cuidadoso al hacerlo, bajo por un sendero algo empinado pero logró bajar a una zona donde no había esas plantas espinosas, miro hacia esa plantación, era algo grande y sinceramente no le daba buena espina.

Se acercó un poco más para ver más detenidamente, podria jurar que había algún animal enterrado entre esas plantas, y también notó un leve aroma a Vainilla pero no le prestó mucha atención, quizás Dogday se encontraba por allí y por eso el lugar tenía su característico aroma.

Dogday podía jurar que habían pasado horas desde que se había caído, al parecer se había dormido ya que acababa de despertar.

Le hubiera gustado que todo hubiera sido un mal sueño pero aún seguía enterrado en medio de esas plantas, y ahora estaba aún más profundo que antes, era imposible que alguien lo encontrase y más si se estaba volviendo de noche.

En ese instante escucho algunos pasos, pero estaba tan cansado y tenía tan pocos ánimos que sentía que pedir ayuda era completamente inútil, después de todo ¿Quién podría estar por allí?
Simplemente se quedó allí llorando con pequeños gimoteos, pero por un instante sintió ese dulce olor a Lavanda que le recordó inmediatamente a su mejor amigo felino, pero, algo dentro de si mismo le dijo que era tiempo de gritar "¡AYUDA!" como un desquiciado, si no había nadie allí no iba a importar pero si alguien estuviera allí podría ayudarlo.

—¡AYUDA! ¡AYUDA! Por favor...— Dogday grito con todas las fuerzas que aún tenía aunque lamento haberlo hecho ya que sintió como las espinas se le enterraban aún más —¡POR FAVOR!—

Ya sin ánimos de nada solo se dedicó a llorar de frustración, quería salir de allí pronto, le dolía todo el cuerpo sentía que podía desmayarse en cualquier momento.
Entonces vio como un humo de color rojo se esparcía alrededor de el y la plantación de espinas "Seguro es la entrada del infierno" pensó mientras se quedaba dormido poco después de escuchar un sonido de ramas rompiéndose.

Catnap acababa de encontrar a Dogday, lo había encontrado y por poco y estaba llorando de la alegría. Decidió que era mejor dormir a Dogday para que no sufriera tanto mientras lo sacaba de allí, comenzó a romper las ramas pero eso tomaría demasiado y casi no se veía nada así que optó por lo más fácil, meterse en medio de las plantas espinosas mientras soportaba el dolor solo para sacar a Dogday de allí.

Fuera como fuera logro sacarlo aunque ahora tenía todo su cuerpo lleno de cortes algo profundos, le dolía demasiado pero con solo tener a Dogday en sus brazos se le pasaba todo, había valido la pena, claro que si.

Al siguiente día Dogday despertó en su cama, estaba cubierto por vendas en casi todo su cuerpo, se tocó la cara como si estuviera soñando pero claramente no lo estaba, estaba totalmente vivo y en su cama.

Pudo ver cómo un gato morado estaba dormido en una silla al lado de la cama, inconscientemente sonrió al verlo hasta que noto como este estaba lleno de cortes, dio un grito de preocupación y eso solo hizo que todos los Smiling Critters llegarán a la habitación mientras Catnap se levantaba de la silla rápidamente y le preguntaba si todo estaba bien.

Se suponía que el se debería preocupar por Catnap, no Catnap de el, pero igualmente no se iba a quejar le gustaba tener la atención del felino.