Elianne estaba con Iker platicando.
—Sé cómo te sientes. A todos nos duele esto de Jaden, y mucho —le dice este.
—No puedo con esto. Me niego a aceptar que Jaden desapareció así por así.
—Elianne, no creas que él te abandonó, porque no es así. Estoy seguro de eso. Realmente Jaden te ama, te adora. Eso lo sé.
—Pues hubiese preferido que me abandonara.
Iker la mira, viéndose confundido.
—¿Qué? ¿Por qué dices eso?
Ella suspira.
—Porque así al menos sabría que está bien —mira a Iker—. ¿No lo entiendes? Lo que me mata es la idea de no saber si está bien o no. Si hubiese sido el caso de que él se iba y me lo decía me hubiese dolido, sí, pero no tanto como esta incertidumbre de no saber de él —su voz se quiebra.
Iker se acerca a ella y le da un abrazo consolador.
Los días pasaban y todo se mantenía igual. Elianne, tal como todos le decían, trataba de seguir adelante al menos con su carrera, pero le era difícil. Cada nota musical le recordaba a Jaden. Era como si él viviera en toda la música que ella escuchaba, y eso la desgarraba. Había momentos en que simplemente no aguantaba más y se derrumbaba.
Estando sola en su habitación en aquel momento, Jordan, quien ahora era quien la apoyaba como ella había hecho con él, entra.
—Eli, te traje esto. Mamá te hizo omelet. Come un poco.
Ella niega con la cabeza.
—No tengo hambre.
Jordan pone el plato y el vaso con jugo en la mesita de noche y se sienta a su lado.
—Hermana, sé que duele, pero no te puedes dejar ganar por la tristeza. Piensa que a Jaden no le gustaría eso. Si él estuviera aquí, no te querría ver así.
—¡Jaden no ha muerto!
—Lo sé, y no lo dije de ese modo.
Elianne se pasa una mano por la cara.
—Perdón, no quise gritarte.
Él la abraza.
—Lo sé. Descuida.
—Es solo que no quiero ni pensar que eso pasó. No quiero un día enfrentarme a eso, porque no lo resistiré. No quiero que algo malo le pase.
Sus lágrimas salen incontrolablemente.
En la noche, sentada al lado de la ventana abrazando una foto de Jaden, llora en un mar de lágrimas. Su madre entra a la habitación. Al verla llorando se sienta a su lado y la abraza.
—Mi amor, ¿a ti cuándo se te va a quitar tanta tristeza? Llevas toda la tarde y la noche llorando.
—Nunca. Nunca hasta saber algo de él. A veces siento que duele tanto que me quiero morir.
—No, cielo. No digas eso —le limpia las lágrimas—. Sé que el amor cuando es sincero puede doler por muchas cosas, pero no te debes rendir. Solo piensa que Jaden algún día volverá y todo esto pasará. No pierdas la fe.
En Óbidos, Portugal. La mano derecha de Lucian, Osan, se presenta ente Jaden.
—Pequeño Jaden, tu padre desea que vengas con nosotros a ver unos asuntos —dice entrando a la habitación de Jaden.
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El odioso y yo
Roman pour AdolescentsElianne es una chica criada en el campo que sueña con ser cantante. La oportunidad de realizar su sueño llega, pero con ella la aparición de quien será la piedra en su zapato: el odioso Jaden Hard, vocalista de la conocida banda de rock Fatal Boys...