Un lago de estrellas

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La luz que me guía

Qué brille, brilla, mi estrella.
Me das luz, calor y vida.
Un camino me iluminas,
lo sigo fiel y sin dudar,
pues no tengo miedo a nada,
si es por ti, todo daría.

Quiero decirte, que ahora me toca
caminar en clavos, en brasas,
para que descanses en rosas.

Las más hermosas nubes

Nubes grises, vista tan triste.
Bajen estás, nubla la mente.
No sé que pasa, ni que ocurre.
Nada se ve, llegó la niebla,
que estoy ciego, y ahora hiela.
¿Dónde estás, no te veo, mi vida?

A tú lado, las nubes grises;
el triste mundo, contigo en mente
todo romántico se vuelve.

Amo el mundo, oh, bellas nubes,
promesas de un gran Sol que brille,
para entonces yo ir a verte.

Contra la adversidad:

Marea alta, que rompe en la costa.
Un derrumbe, en lo alto del acantilado.
El muro muere, y queda desnudo,
más contra todo mal, marea y viento,
como un roble en el borde, ahí se queda.
Sobre polvo y hierba, sobre borde rocoso,
resiliente ante la sal, el amor perdura.

Sin saber si son dos o uno:

El Sol y la Luna, una dualidad,
de amor imposible, fue designada.
¿Es cuerpo y alma, cárcel o libertad?
¿viven porque hay otro o así sin más?

Siempre, ahí los ves, ahí están.
Bajo Sol o lluvia, bajo Luna o manta.

Son dos cuerpos, dos almas, quien sabrá.
Son solo uno, y aún así dos a la vez,
no existe su risa sin la de él,
no existe un amor tan puro como el dual.

Sin cielo ni infierno:

Yo por muchos mataría,
aunque depende del día.

Y aunque por tres moriría,
por ti, del infierno en sí,
saldría, para a tú lado ir.

La línea del infinito:

Mi mundo es tuyo, tómalo, hasta el fin del horizonte.
Mira allá o aquí, tómalo, soy tuyo completamente,
siempre; y nunca te dejaré, juré amor eternamente.

Buque:

Un barco, que sin velas, y solo dos remos.
Ante monstruos, tormenta, el ciclón o el miedo.
Toma uno y mi mano, y vámonos, muy lejos.

A aguas más claras y tranquilas,
a una isla de dos y aislada,
a un mundo personal y de nadie más.

Mía y tuya, nuestro arrecife de coral,
un lugar seguro, donde no hay tormenta,
donde los monstruos ni nos buscan ni encuentran.
No nos afectan, mi vida, tenemos paz.

Pergamino:

Cómo un cuento que no acaba, quiero hacerlo.
Nuestra historia y vida, y crear un mundo propio.
Es un mundo, de tapa gruesa, es un libro,
lleno de ti y lo que falta por y ya vivimos.
Lo guardaré con cariño en el corazón,
luego le haré un altar y le diré: te amo.

Rimas y versos para el entretiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora