Cap. 14: Una Noche Juntos

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Durante el camino pude notar que Trollino parecía estar incómodo, ya que se movía de un lado a otro intentando como si estuviera algo ansioso y desesperado.

—Mike...— me llamo como si quisiera mi ayuda.

—¿Sucede algo?— pregunto amable.

—tengo mucho calor, ¿Me puedo quitar esto?— señala la gabardina que tenía puesta y yo asiento con la cabeza, tal y como dijo se la quitó,  pero me empecé a asustar cuando vi que se estaba desabotonando la camisa.

—¡¿Que crees que haces?! ¡No hagas eso!— le vuelvo a abotonar su camisa, mientras que escucho como Trollino se queja.

—pero tengo calor— Trollino me rodea la cintura con sus brazos y aprieta un poco, para después poner su cabeza en mi estómago —por favor Mike~ Mike no seas malo, tengo de verdad calor— me rogaba como si de un bebé se tratase.

—te dije que no, no puedes desnudarte aquí, hasta podría malinterpretarse la situación— el solo pateo el suelo algunas veces y movió la cabeza de un lado a otro, y no insisto más

—ta bien...— esconde su cabeza en mi estómago y cambia su humor a uno más tranquilo —Mike— habla con una voz más suave.

—¿Sí?— dijo con ciertos nervios, ya que sentir su cabeza presionando ligeramente mi estómago me hacía sentir raro.

—perdona por ser tan idiota contigo... Te quise humillar, dos veces... También te trate feo... Perdoname por eso— yo respondo primero riendo un poco, y después acaricio su cabello como si estuviera acariciando un gato.

—claro que te perdono, pequeño idiota... En estos días que te estuve conociendo... Me di cuenta de que no eres tan idiota como parecías— no responde con palabras, en cambio siento como con sus brazos rodeaban mi cintura y mi abraza.

—gracias Mike... Te prometo no volver a ser idiota— solo río un poco, y sin darnos cuenta ya habíamos llegado a su casa.

Ayude a Trolli a bajarse, subimos las escaleras, teniendo mucho cuidado para que Trollino no llegara a caerse.
Cuando entramos Elías noto la borrachera de Torllino, y aunque me dijo que el se haría cargo yo insistí en llevarlo a su cuarto, así que lo fui subiendo al segundo piso para por fin dejarlo en su cama.

Abrí la puerta y Trollino rápidamente se tiró a su cama de una.

—por lo menos quítate los zapatos— me acerco a el y le ayudo a quitarse los zapatos.

—¿Por qué haces eso? No tengo cinco años— se quejo estando bocabajo en su cama.

—pero pareces— luego Trollino se desabotana su camisa, quedando solo con su pantalones.

—lo siento aún tengo calor— dijo con la voz ya cansada, yo me senté al lado suyo y el se acomodo un poco, terminando de lado y dándome la espalda.

—no te preocupes— se nota que es modelo, el maldito tiene un cuerpo bastante bien cuidado, su maldita espalda es demasido perfecta, al igual que el resto... Mierda creo que me estoy poniendo nervioso—tengo que irme ya— no dije más porque no quería que me viera así.

—¡No!— me toma la mano aún dándome la espalda. El movimiento fue tan repentino que gire mi cabeza algo confundido y freno que yo me levantará de la cama.

—¿Necesitas algo más?— el aprieta mi mano y siento como si está temblará.

—quedate...— su tono parecía como si estuviera al borde del llanto, se podía escuchar miedo en sus palabras.

—¿Por qué...?— soné más preocupado y me volví a sentar al lado suyo, sin que el me soltará la mano.

—porque... No quiero que me dejes solo...— ahora su voz parecía quebrarse y aunque no podía verle su cara, de seguro lágrimas estaban siendo derramadas.

—¿Le tienes miedo a la oscuridad? ¿O por qué?— intente sonar divertido para tranquilizarlo, pero no conseguí nada.

—porque ya estuve mucho tiempo solo...— aquellas palabras habían roto mi corazón, se notaba tanto miedo y a la vez tanto dolor que era imposible no creerle a sus palabras —quedate— me rogó una vez más y apretó más mi mano.

—de acuerdo... Me quedaré— me quite mis tenis con mis propios pies y me acosté al lado de el, no me dijo nada solo siguió sosteniendo mi mano.

Quedé cerca de el, tanto que casi podía tocar su espalda, pero debido a lo raro que me hacía sentir me límite a solo mirarla, al igual que límite cualquier gana de abrazarlo para consolarlo, además al apretar su mano un poco le estaba dando el suficiente consuelo que necesitaba.

Después Elías viene a la habitación para revisar como estabamos, cuando me ve en la cama de Trolino el me pregunta susurrando un poco.

—si quieres te pido un taxi o algo, Mike— yo volteo a verlo y muy amable le respondo.

—no, mucha gracias, hoy me quedaré aquí... Espero que no sea un problema para ustedes— también dijo susurrando, aunque sabía que Trollino estaba despierto.

—para nada, puedes quedarte tantas veces como gustes... Los dejo solos— apaga la luz y cierra la puerta.

Cuando la puerta se termina de cerrar nos deja en completa oscuridad, solo la luz leve de luna nos iluminaba.

Yo no paraba de ver a Trollino, se veía tan tranquilo, como si estuviera profundamente dormido, pero yo sabía que seguía despierto, porque podía sentir como apretaba mi mano.

Todo se sentía tan diferente, me sentía tan raro.

Porque, aquel chico que en un principio me trató como la mierda, ahora mismo se mostró tan vulnerable al mostrarme sus sentimientos.

Pensé que eras cruel con los demás, que eras un egocéntrico y idiota... Pero ahora que te conozco mejor, me doy cuenta de que eres de los mejores idiotas que pude haber conocido, o al menos eso creo.

Y al cerrar mis ojos, caigo dormido justo al lado de el.

Amor Cliché[•MIKELLINO•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora