El sol se asomaba por las cortinas de la habitación, cuando me iluminó la cara, y logro que me terminara de despertar.
Era ya de mañana, y como cualquier otra mañana hice memoria de lo que pasó ayer.
Recordé a Trollino borracho y ese comportamiento divertido y vergonzoso a la vez, pero también recordé el momento donde Trollino me pidió que me quedara con el.Fue un momento tan repentino para mí, me hizo sentir con dudas y con empatía por el... ¿Será que a Trollino le da miedo estar solo? Fue una pregunta que rondo por mi mente antes de dormir.
Terminando de tallarme los ojos volteo a ver a Trollino, quién aún seguía dormido, al parecer el movimiento de mi cuerpo hizo que dejára de tomar mi mano.
Yo me levanto de la cama y me estire un poco, y yo me puse al lado de Trollino, me senté en la cama y observé como seguía durmiendo.
Estaba tan tranquilo, al verlo durmiendo parecía que aún seguía en sueños, no tenía la boca abierta, ni siquiera llegaba a respirar agresivamente... Era básicamente un bello durmiente.
—¿A qué le tienes miedo Trollino?— le pregunto preocupado al aire, porque sabía que no recibiera respuesta.
Yo noté que algunos cabellos tapaban sus párpados y frente, así que acerque mi mano y con un toque muy suave y lento quite aquellos cabellos, dejando la descubierto sus párpados y frente... Eso me hizo apreciar una vez más aquella gran belleza que poseía ¿Por qué era tan atractivo? Parecía casi irreal, quiza era por el gran cuidado que debía tener al ser modelo.
Miraba con tanta atención a su rostro, me sentía tan extraño, y tal vez era por lo tranquilo que estaba, o porque hace semanas el era mi enemigo, o tal vez porque era demasiado atractivo.
Y mientras admiraba su gran físico, Trollino abrió los ojos poco a poco, yo me alejo dándole espacio, el tallandose los ojos me ve y me dice con voz ronca.
—buenos días— me impresiono esa voz tan ronca y gruesa que le salió, y eso que la voz de Trollino de por sí ya era algo gruesa.
—buenos días, Trollino— el sonríe mientras se pone una mano en la frente como si le doliera —¿Cómo te sientes?— le pregunto.
—con algo de resaca, ¿Cuanto bebí ayer?— se quejo una vez más y se intentó levantar de la cama, pero ahí el se dio cuenta de algo —¡¡Lo siento!!— se tapo con una almohada avergonzado y giro su cabeza para evitar el contacto visual.
Río un poco —no hay problema, descuida— le sonrió y el parece sonreír igualmente.
—¿Hice algúna otra cosa vergonzosa?— decia con sus mejillas teñidas de un rojo bastante fuerte de la vergüenza.
—solo te comportaban algo inquieto, pero fuera de ahí no hiciste nada vergonzoso— el volteo un poco y suspiro un poco de alivio.
—¿De verdad? Bueno, aún así me disculpo por todo lo que causé ayer— yo río otra vez y le dijo.
—está bien, tranquilo— sonreí pero sonrisa se vio interrumpida cuando mi estómago rugió un poco.
—debes de tener hambre, déjame cambiarme para poder desayunar— se levantó después con la almohada aún en su abdomen.
—oh, créeme que no hace falta— me negué antes su petición.
—insisto. No tardaré mucho— queria negarme otra vez pero mi hambre me lo impidió.
Mientras el se vería yo me pare un momento para explorar un poco su habitación.
—¡Si necesitas bañarte, tengo una toallas extra en mi clóset!— me gritó Trollino desde el baño.
—¡Creo que estoy bastante bien, gracias!— le contesté y seguí viendo un poco lo que tenía en su habitación.
Trollino no parecía ordenado, tenía ropa sucia por varios lados de su habitación, como en su escritorio y sillón. Pero tampoco había mucha basura, así que Trollino era alguien desordenado pero no tanto.
—vamos— salió del baño, vistiendo un suéter estilo universitario con blanco y negro, camisa negra, unos pantalones holgados blancos y sus tenis.
—de acuerdo— como desperté con lo mismo de ayer, no me hizo falta arreglarme mucho, así que lo acompaño hasta el comedor.
El desayuno ya estaba servido, para Trollino y para mí al parecer.
—espero que le guste lo que preparamos para usted, Mike— Elías vino hacia mi para darme una servilleta y un vaso con jugo.
—por supuesto que si— río un poco y agarro el tenedor para empezar a comer.
Y mientras que yo devoraba con total hambre esa gran tortilla francesa. Trollino se mantenía sumido en sus pensamientos y comía de una manera muy lenta.
Trollino andaba un poco raro está mañana, parecía que evadia el contacto visual conmigo, y cuando me miraba y yo lo hacía igual el apartaba la mirada bruscamente.
Tal vez aún se sentía avergonzado por lo de anoche, porque a pesar de que no recuerde mucho, parecía sentirse apenado por lo sucedido.
—¿Tu... Tus amigos saben que pasaste la noche aquí?— Trollino me saco de mis pensamientos y me interrumpió de mi proceso de alimentación.
—no... Debo escribirles— normalmente dejo mi celular en modo silencioso, por lo que siempre reviso mis mensajes algo tarde.
Lo primero que veo es que tenía tres llamadas perdidas de Raptor, y varios mensajes de cada uno de los chicos preocupados por mi.
Así que frene un momento lo que estaba haciendo y le contesté a cada uno de los chicos para calmarlos.
—ya está, que tonto... Se me olvidó decirles que me quedé contigo y andaban muy preocupados— segui comiendo.
El no respondió, solo siguió comiendo.
Después de terminar de desayunar nos fuimos en la limosina de Trollino hacia la universidad.
Trollino seguía estando muy tranquilo y callado conmigo, por lo que me hace pensar que el se sentirá apenado por este día.
Cuando llegamos a la universidad, bajarme de la limosina me hizo sentir privilegiado, lo cual fue algo gracioso pero que duró poco después de que la limo se fuera, dejandome con Trollino al lado mío.
El saco lentes de sol de su bolso y se los puso —detesto el sol en estos momentos— escondió sus manos en los bolsillos de su suéter y subió las escaleras, y yo le seguí el paso.
Y así ambos iniciamos la mañana, una mañana donde habíamos estado todo el tiempo juntos.

ESTÁS LEYENDO
Amor Cliché[•MIKELLINO•]
FanfictionLa universidad prestigiosa de nombre "Royal Dreams" busca a sus estudiantes a través de sus talentos, y les da la oportunidad de convertirlos en estrellas. Solo los más ricos y talentosos pueden entrar. Mike, de 18 años tras conseguir una beca entr...