Cris y yo desempacamos la última caja de ropa que traje desde Los Ángeles. Había decidido hacer de Beaumont mi hogar y viajaría de ida y vuelta entre aquí y Los Ángeles. Tacho y Mateo se nos unirían para Navidad. Tacho no tiene mucha familia y cuando le hablé de Beaumont, preguntó si podían venir.
La única cosa que no había hecho es decirle a Mery que me fui. Tengo mi penthouse hasta finales de marzo para ese tiempo tendré que encontrar alojamiento temporal. Espero que a Jimmy y Tacho no les importe grabar música aquí.
Cuando le dije a Tacho de Cris, estaba emocionado y completamente a bordo con mi nuevo plan. Dijo que entendía por qué necesitaba hacer el cambio y dijo que probablemente haría lo mismo si acabara de averiguar acerca de Mateo.
Las cosas con Mar eran mejores pero inexistentes y estoy bien con eso. Ella necesita tiempo para sanar de su separación y yo necesito tiempo para ser un papá. Tengo un montón de años por recuperar.
Estamos consiguiendo un árbol de navidad mañana. Con todo desempacado y en su sitio, la entrega no pudo venir en un mejor momento. Eugenia y las chicas están viniendo para decorar (aparentemente es la especialidad de Luz). ¿Quién soy yo para negar a tres hermosas mujeres la oportunidad de hacer todo el trabajo duro?
El timbre de la puerta suena y Cris grita.
—¡Yo voy!
Desde la cima de las escaleras. Me encojo cuando lo escucho pisar bajo las escaleras. Mar y yo tenemos miedo de que vaya a resbalar y quebrar algo, pero no nos escucha a ninguno de los dos. Tal vez nos escuchará cuando esté en la sala de emergencias.
Escucho un estruendo y algo hacerse añicos. Corro desde la cocina a través del comedor, el pánico asentándose porque no puedo escuchar a Cris; él está demasiado callado.
—Cris, ¿estás...?
Detengo en seco mis pasos. Ella está de pie ahí con guiso esparcido por todos sus pies, su mano cubriendo su boca jadeante, ojos llenos de agua. Pongo mi mano en el hombro de Cris y la miro. Ella está vieja, pero obviamente tenía algún trabajo hecho. No puedo decir si sigue usando el mismo brillo labial rojo que usaba cuando estaba creciendo, pero de algún modo creo que no ha cambiado mucho.
—Cris, ¿por qué no vas a traer algunos guantes, una toalla y una bolsa de plástico y conseguiremos esto limpio?
—Está bien, papá.
Cris corre hacia la cocina. Espero unos cuantos latidos antes de mirarla a los ojos. Ella está mirando a Cris.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Ella me mira, la misma fría mirada con la que crecí. Si no supiera mejor pensaría que me odia. Eso quizás porque arruiné su vida.
—Yo estaba... él es... guisado y... tú eres...
—¿En verdad estás estupefacta o el vodka finalmente afectó tu habilidad de función como un humano normal?
—No he tenido un trago en cinco años —dice ella.
—Felicidades. Debes irte antes de que mi hijo vuelva. No quiero explicar por qué estamos hablando como si nos conociéramos.
—Peter...
—No —digo mientras doy un paso hacia el desastre que ella creó en mi porche. Cierro la puerta silenciosamente detrás de mí así puedo ser franco con ella—. No me llames Peter. Te quedaste ahí y viste mientras él me lanzaba fuera de la casa. Se suponía que me protegieras y debiste haber estado protegiendo a Cris. Vives en el mismo maldito pueblo y él luce igual a mí, así que no me digas que no lo habías visto o a Mar alrededor. Debiste decirme. Eras la única que sabía cómo localizarme y no lo hiciste.
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Siempre serás para mi
FanficAunque todo cambie y no pueda tenerte siempre serás mi para siempre