━━━prólogo

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━━━PRÓLOGO: ❛ el resto de tu vida empieza aquí

━━━PRÓLOGO: ❛ el resto de tu vida empieza aquí ❜

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Ciudad República estaba cubierta por neblina, el invierno más cerca que nunca, pero no por eso era que el otoño estaba dándose por vencido.

Por las calles corría una brisa de aire frío, que te helaba los huesos si andabas sin cuidado, sin un abrigo. Los edificios comenzaban a desaparecer mientras más caminaba, manos metidas en los bolsillos de la gabardina, rostro oculto entre los pliegues de una bufanda. La ansiosa mirada en sus ojos se movía de acá para allá, atento, buscando el callejón al que había partido esa noche en busca de algo más satisfactorio que la soledad y los quedos ronquidos que parecían recorrer los túneles cuando ya todos se hallaban dormidos.

Los pocos coches que aún transitaban las calles aquella noche se movían a prisa, los conductores entusiasmados por llegar a sus hogares, los que iban de camino a algún restaurante probablemente hambrientos, los que caminaban en la acera con cautela. Él lo observaba todo con cautela, calculadamente catalogando las calles, tratando de reconocer el camino de vuelta a la entrada del refugio abajo en el subterráneo, viendo si quizás la policía rondaba aquellos lares también.

Aquella zona no parecía tan mala como el Distrito Dragón, pero tampoco era de las mejores. Daba la sensación de que aquí vivía gente buena, aunque él no sabía muy bien qué distinción había entre buena o mala cuando los ricos vivían al otro lado del Puente Kyoshi y eran ellos quienes dejaban a las personas por aquí ahogarse sin ofrecer ayuda.

Patrañas, quizás, pensó para sí mismo, sus botas deteniéndose en un cruce en la esquina de un bloque de apartamentos. Su vista recorrió el frente, en donde comenzaba la otra cuadra y luego se movió a su derecha, en donde la calle continuaba. Dio vuelta allí, continuando su camino con la mirada baja, observando las tiendas y las casas y lo poco que la oscuridad de la noche le dejaba ver.

En un espacio entre una tienda de ropa y lo que parecía ser un taller se abría un diminuto callejón, oculto a primera vista por las sombras que la farola de la tienda de ropa provocaba. Había un tallón de gis negro, como si fuese carbón, en uno de los muros. Una línea inclinada hacia arriba con dos más de menor tamaño cruzándola.

—Es aquí.

Se metió en el, pasos sigilosos, lentos, oídos atentos a cualquier sonido que pudiera surgir de cualquier lado. El callejón terminaba unos pasos más adelante en un contenedor ancho de lo que parecían ser piezas rotas y vidrios quebrados. Había una pequeña ventana en el edificio que suponía era el de la tienda, y una puerta al lado contrario, en donde se encontraba el taller.

Con cuidado, se acercó a ella y vio que parecía estar hundida en el asfalto, midiendo un par de metros menos que él, ancha y de metal, con manchas de oxidación encima. Tocó dos veces en ella, aguardó un segundo, y luego tocó otra vez, y tras un minuto entero, la puerta se abrió con un leve chirrido y tras ella se vació una torrente de luz hacia el exterior y la cacofonía de voces que parecían ocultarse bien tras ella.

ACROSS THESE MURKY WATERS ༄ legend of korraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora