5: ¡Compitamos!

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LO TENGO. ES LA IDEA PERFECTA.

Como ya sabéis, soy una chica única y diferente. No me gusta ni el maquillaje ni la moda, yo soy más de deportes y videojuegos, como los chicos. Por eso a los chicos les encanto.

¿Y si hago una competición contra la rubia estúpida para saber quién es la mejor para Juan? Así le puedo dar la oportunidad de intentar ganarse a Juan limpiamente, aunque sabemos que Juan me va a elegir a mi, jeje.

Entro a clase y lo primero que hago es dirigirme a hablar con Ramón.

-Dime dónde está Martina- Me cruzo de brazos delante de él. Ellos siempre vienen y van juntos a clase.

-¿Para qué?

-Para hablar con ella

-Mmm... No.

-¿Perdona?

-Piérdete.

Lo retiro, odio a Ramón. ¿Quién coño se cree? ¿Cómo se atreve a hablarme así?

-Oye, que solo quiero hablar con ella.

-Pues búscate la vida, tronca. Me la suda- Y se da la vuelta, dándome la espalda para hablar con otros tíos de clase.

¿QUIÉN COJONES SE CREE ESTE IMBÉCIL? Dando pisotones me voy a sentar al lado de Juan.

-¡Holaa, Juaaan! ¿Qué tal? ¿Viste ayer el partido?

-Ah, hola, Gabi. No, no lo vi. Estuve con Ramón toda la tarde- Respondió sin ni siquiera mirarme. ¿Seguirá enfadado?

-Jaja, que bien... Um, por cierto. Ayer me disculpé con Martina.

-Sí, me lo contó. Aunque te haya perdonado, igualmente te pasaste, tía. ¿Sabes? Creo que deberíais probar a ser amigas. Martina te caería genial.

Me está vacilando, ¿no?

-¿Qué? ¿Por qué?

-Tía, prácticamente soy tu único amigo.

-¿Qué? ¿De dónde sacas eso?

Era verdad. Mi único amigo era Juan. Con las chicas, obviamente, no quería hablar y con los chicos... bueno, digamos que no me hacían mucho caso. Pero vamos, ellos se lo perdían.

Juan se me quedó mirando. Los dos sabíamos que él tenía razón, pero ¿cómo se le ocurre decir que me haga amiga de ESA?

-Ay, Juan. No digas tonterías- Ramón apareció -¿Cómo va a hacerse amiga de una chica? Eww.

Juan se empezó a reír, pero a mi no me hizo ni puta gracia.

Espera. ESPERA.

-EXACTO. Gracias, Juan.

-¿¿Qué??

Me levanté, justo la tonta de Martina entró por la puerta. Era hora de poner en marcha mi plan.

PERO SI YO ODIO A LAS CHICASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora