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Miro al viejo delante de mi como si le hubiese salido un tercer ojo, el se ríe y yo ruedo mis ojos. Sus ojos verdes hacen contacto con los míos y me sonríe de lado. Pero prefiero vivir aquí con el que vivir con Damiano, mil veces.

Traigo mis cosas lentamente mientras el viejo tiene la puerta abierta. El viejo se para el marco de la puerta y puedo observar como aún con su chaqueta de cuero encima de puede observar sus músculos. Su barba roja hace contraste con sus ojos verdes, su nariz perfilada se arruga al ver mis maletas.

-¿Sucede algo?-pregunto

-No para nada-dice

-¿Cómo vas con Alana?-pregunto a lo que el gruñe y rueda sus ojos, se sale del marco y se sienta en la silla del comedor-¿Qué?-pregunto

-Alana y yo no tenemos nada-dice

-¿Enserio?-pregunto-Ella actúa como si tuviera algo contigo además está el embarazo-le digo

-Fue una noche, estaba borracho, y ella se abalanzó contra mi y yo no estaba en mis cinco sentidos-me dice mirándome-yo desde el principio le había dicho que no quería nada con ella, porque no quería nada con ella-dice-pero estoy seguro que espero a que me emborrachara para abalanzarse contra mi.-dice-Ese bebé es mío, porque lo es pero no quiero nada con ella, si tengo que cuidar al bebé lo haré porque seré su padre-me dice

-¿En otras palabras eres un hombre responsable por ese bebé?-pregunto sorprendido sentándome delante de él

-Si-dice-es mi bebé después de todo

Sonrío de lado y me paro, comienzo a buscar en la nevera comida para preparar y el pelirrojo me mira sin entender que estoy haciendo.

-Preparo comida, tengo hambre-le digo-¿puedes ser amable de llevar mis cosas al cuarto?-pregunto a lo que el me mira mal-Te estoy preparando comida también-le digo

El asiente y se levanta, agarra mis cosas y escucho sus pasos pesados por las escaleras. Comienzo a cocinar con lo que encuentro, estamos en una epidemia zombie, no puedo pedir demasiado, hago los huevos en un omelet y cocino arroz, escucho unos pasos pesados por las escaleras y me giro para encontrarme al viejo sin su chaqueta de cuero y solamente tiene una camisa gris larga.

-¿Qué cocinas?-pregunta-¿le echaste veneno?

-Claro que no, idiota-le digo

Sirvo la comida y el se sienta, le pongo el plato frente a él y me siento lo más lejos posible de él. Comenzamos a comer y yo saboreo la comida. No soy chef profesional pero puedo decirte que me gusta cocinar.

-¿Por qué no te quedaste con damiano?-pregunta a lo que yo miro mi plato sin mirarlo

-No me agrada la idea de quedarme en un mismo techo con el-le digo comiendo nuevamente

-¿Por qué razón?-pregunta. Lo miro y sus ojos azules me miran seriamente y siento que están leyendo mi alma-¿te da miedo?-pregunta porque no le conteste, yo simplemente me quedo en silencio mientras el espera una respuesta-eso es un si,¿te incomoda?-pregunta y yo me quedo en silencio nuevamente-eso es un si-dice-podías quedarte con el en vez de aquí, aquí debes dormir con un ojo abierto porque no sabrás cuando te mataré.-me dice sonriéndome

-Prefiero esto, que vivir con el-le digo seriamente-el me incomoda seriamente, no quiero estar cerca de él por lo menos contigo se que te podré matar-digo

-¿Aunque sea un militar retirado?-pregunta

-Si, porque se que nunca me matarás aunque lo digas siempre-le digo a lo que sus ojos se abren de par en par y luego sonríe de lado.-¿Qué es gracioso?-pregunto

-Puedo matarte ahora si quiero, señorito-me dice-no lo hago porque estoy siendo buena persona y necesito un compañero de viaje que me permita aunque sea matarlo si es necesario-dice-Luka, tú no sabes pelear, tú lo único que sabes es clavar cuchillos y disparar, pero combate cuerpo a cuerpo no sabes-dice

-¿y que tiene?-pregunto

-Si llego a pelear contigo, no sería pelea sino una masacre-dice-no vas a poder contra mi-me dice

-¿Crees que eres mejor que yo?-pregunto enojado

-No-dice-lo digo

-Maldito, viejo-dice

-Eso pasa siempre cuando los niñatos piensan que son mejores que los viejos. Más sabe el diablo por viejo que por diablo-dice y me sonríe de lado

-Maldito-le digo nuevamente

Me levanto de ahí enojado y pateo su tobillo pero al tener bota no se mueve, ruedo mis ojos y arranco por las escaleras dando pisadas grandes. Busco habitación por habitación hasta que encuentro mis maletas, entro cierro la puerta con seguro y me tiro en mi cama, observo el techo azul y cierro mis ojos cayendo dormido.

¡Ojalá te muerdan! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora