Enfermería

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Enzo

Estaba en frente del lavabo agachado cuando Matías se desplomó en el suelo; por suerte llegué a agarrarlo antes de que cayese desmayandose en mis piernas. Me recosté contra la pared tratando de reanimarlo, dándole suaves palmadas en la cara. Si no sintiese su leve respiración pensaría que está muerto.

Al ver que no se recuperaba rápidamente lo agarré de los brazos y piernas y lo llevé a la enfermería de la universidad. Caminaba aceleradamente con mi corazón latiendo a mil; no solo me agradaba Matias sino que estaba comenzando a guardar un espacio en mi mente solo para él a tal punto que siempre que lo encontraba en los pasillos no podía dejar de verlo; como caminaba, en esas piernas largas que desearía que estuviesen en vueltas en su cintura.

Llegué a la enfermería en donde una señora se asomó para abrirnos la puerta.

-¿Qué ha pasado? - me pregunta mientras me ayuda a recostarlo en la cama.

-Estaba teniendo respiraciones agitadas y después se desmayó, no sé por qué - dije desesperadamente.

-Dejamelo aqui, yo me encargo de esto.

-Pero en serio quiero quedarme- repliqué.

-Lo sé cariño - me responde la enfermera - pero casos así los tengo que lidiar en privado, dudo que este sea un problema físico.


La miro perplejo pero se que tiene razón, tal vez estoy inmiscuyendo en lo que no me incumbe, después de todo Matias y yo no somos cercanos.

-Está bien, pero por favor, cuide de él- digo aun francamente preocupado.

-Claro, te avisaré cualquier cosa -me dice antes de que atraviese la puerta y la cierre.


Matías

Abrí mis ojos lentamente acostumbrándome a una luz prominente que iluminaba mis ojos.

-Dale suave -escuché que una mujer decía - ¿cómo te sientes?- dice mientras baja su linterna que chequeaba mis pupilas.

La cabeza me estaba dando vueltas pero a parte de eso no sentía dolor. Me levanté lentamente hasta sentarme encarando con una enfermera en frente mio.

- ¿En dónde estamos? - le pregunté.

- Pues en la enfermería - me contestó mientras examinaba lo que estaba a mi alrededor encontrándome con un consultorio pequeño con equipo médico.

- ¿Qué pasó?

- Te desmayaste- me dice sosteniendo una carpeta con lo que al parecer son mis datos -¿de qué es lo último que te acuerdas?

Sentía como los recuerdos regresaban a mi cabeza haciendo que mi respiración se acelerara de nuevo.

-Tranquilo che, calmate, todo está bien, solo estoy yo - me dice amablemente

La enfermera tenía sus manos sobre las mías ayudándome a tomar respiraciones profundas. La miré a los ojos con algunas lagrimas escapando de los mios aun asimilando la ola de recuerdos, a quien habia visto en el aula antes de irme y que todo se vuelva negro.

Me paré de la cama después de tranquilizarme un poco.

Narrador Omnisciente

-Me tengo que ir, no puedo hacer esto.- dice el menor agitadamente tratando de girar la perilla de la puerta notando que esta estaba cerrada.

- ¿Hacer qué Matías?

- Hablar sobre esto.

La enfermera no entendía lo que el chico quería decir pero sabía que no trataba de nada bueno.

- Matías lo que sea que esté pasando, puedo ayudarte, este ataque de pánico es producto a un alto estrés emocional y no te puedo ayudar si no me dices que te pasa - dice la mujer de forma serena.

Recalt no podía lidiar con sus emociones apretando sus puños haciendo que sus uñas entierren su piel.

-Déjame salir por favor.

-Matías necesitamos habl- dice la enfermera antes de ser interrumpida.

-ABRE ESTA PUTA PUERTA

Las lágrimas del menor estaban dispersas por su cara soltando sollozos al ver que la puerta no se abría; miro a la mujer y sabía que no iba a poder salir al menos que le dijese lo que estaba pasando, pero estaba consciente que si decía la verdad el mundo se iba a ir para abajo por lo que tomo un respiro profundo y ordenó sus pensamientos.

Le confesó no de una manera tan falsa que solo estaba estresado por los trabajos de la universidad y que solo era una cuestión de adaptación; la mujer no tuvo otra alternativa que dejarlo salir pero prometiendo que iba a ir a ver una vez a la semana al psicólogo de la facultad para ver si su estres mejoraba, Matías tuvo que aceptar.

Después de unas horas regresó a su habitación aun pensando en el hombre que vio en clase y como tenía que evitarlo de hoy en adelante; mientras aún estaba ahogado en sus pensamientos escuchó leves toques en la puerta.

- ¿Quién es?- grito Matías

- Soy Enzo - se escucha del otro lado de la puerta.

El menor estaba confundido por la aparición del pelinegro en su apartamento por lo que abrió la puerta para encontrarse con aquellos ojos almendrados llenos de preocupación.

- ¿Qué haces aquí?- dice mientras el mayor no duda en envolver sus brazos en Matías dejándolo aún más confundido.

Tendré que corregir las faltas ortográficas. Espero que les haya gustado. La verdad me demoré porque estaba indecisa en mi storyline pero ahora ya lo tengo más claro. Va a haber angst antes del fluff no se preocupen. Muchas gracias por las 100 estrellitas y por las lecturas. Leere sus comentarios.

Siempre Tuyo, Enzo    enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora