Un policía en cubierto llega a la vida de un grupo de personas a las qué suponía espiar. estas se terminan convirtiendo en sus mejores amigos. Especialmente aquella chica de ojos grandes a la que apenas ve queda completo flechado. Desesperada, enamo...
Después de todo habían logrado ir por Tran. Ambos criminales cayeron muertos. Algo que no le gustaba a Brian más no podía haber hecho otra cosa.
Brian y Dominic se miraban ahora mismo cómo si nada malo entré ellos dos hubiera pasado. Dominic se había revolcado en su auto, aquel que su padre y él habían puesto tanto esfuerzo.
Las sirenas de policía no tardaron en aparecer. Brian sólo podía pensar en algo. Se había acabado. El trabajo estaba hecho. Sólo faltaba entregar a Dominic. Pero eso era algo que él no haria. Aquel momento en el desierto junto a Priscilla era el momento decisivo.
Él tenia un trabajo. Un futuro una vida estable, solitaria pero estable. Levantó la mano entregando algo que sabia que le arruinaría todo eso. Arruinaría años de su vida puestos para llegar al nivel qué estaba. Pero eso lo hacía de corazón, darle las llaves a Dominic lo hacía de corazón, un acto puro.
Dominic, dudoso y confundió tomó las llaves apreciando de ellas -¿Sabes lo que haces?- Preguntó al rubio incredulo de lo que estaba cometiendo.
-Te debo un segundo auto...ademas se lo prometí a Priscilla...ayudarte-
-¿Tirando toda tu vida?- Brian sólo frunció los labios y se encogió de hombros.
-Mi vida le pertenece- ante la sinceridad del rubio, Dominic se tranquilizó aún más. El no mentía, estaba dispuesto a tirarlo o ganarlo todo por ella. Después de todo el rubio no habia mentido del todo.
Una simple mirada de agradecimiento y gratitud fue lo que se llevo Brian de Dominic antes de que este lo dejara allí.
Debía volver a verla. En algún futuro, en algún lugar. El acto qué acababa de cometer valía la pena porque lo hizo por ella. Sin embargo valdría más la pena si después de todo eso él se quedaba junto a ella.
Por ahora lo único que podía hacer era huir. Después dedicaría cada segundo de su vida ideando algo para volver a estar con ella.
Aún así días después Priscilla no se recuperaba. Temía el momento en el qué la policía tocara la puerta para llevársela. Más no fue así. Lo único para lo que esas personas cruzaron la puerta fue para buscar a Toretto y los demás.
Sin embargo la policía la vigilaba constantemente y eso era algo que ella odiaba.
-¿Te vas?- Mía aún con insomnio miraba a su amiga con tristeza, no quería quedarse sola.
-No puedo vivir así. La policía me sigue a donde quiera que voy. Además este lugar me trae...no puedo, Mia.- la morena asintió un par de veces pues la entendía perfectamente pero ella en cambio no podía irse. Su hermano podría llegar a buscarla algún día. -Deberías venir conmigo...Aún qué sea unos meses, debemos despejarnos de esto- la morena ni siquiera tuvo que responder. Priscilla sabia su respuesta.
Un abrazo fue lo que despidió a ambas para que Priscilla se subiera al Nissan 240sx de Letty, si aquel auto qué había robado.
No sabia a dónde iría, lo único que quería era largarse de ahí. Huir y aceptar un nuevo destino y si podía, que no creía, olvidar a ese rubio.
Después de todo el mundo era grande y no encontrarse con él no iba a ser un problema.
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Hola a todos, espero les guste la historia, me motivaria más que siguieran leyendo♡.
Gracias por leer y votar♡.
Perdón si hay faltas de ortografía, tengo ligera disléxia y el auto corrector no ayuda.
A CONTINUACIÓN LA PARTE DOS DE LA HISTORIA, ESPERO LES GUSTE.
