8.Conversaciones padre e hija

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-¡Ya llegué!-,gritó Loona al pasar por la puerta de su hogar. -¡¿Blitz?!-, preguntó al no ser recibida ni siquiera con palabras por parte de su padre.

Aguzó los oídos y logró sentir algo proveniente de la habitación de Blitz. Dejó el bolso que llevaba en el sofá y se acercó al cuarto de su padre. La puerta estaba cerrada. -¿Estás aquí?-, preguntó mientras la golpeaba.

-Mm... ¿Loona?-, se logró oír preguntar a una vos rasposa por despertar recientemente. La hellhound prendió las luces y unos segundos después su padre se abalanzó sobre ella para abrazarla.

En esto Loona se sorprendió bastante por el repentino contacto físico y a la vez se tranquilizó ya que su padre estaba actuando normal nuevamente. Blitz se separó de ella y la saludó con ánimo.

-Hola Loony-. La loba se contrario un poco. -¿No me escuchaste llegar? Te grité como dos veces-, comentó.

-Bueno estaba algo dormido-, respondió Blitz algo nervioso. -¿Estás seguro?-, preguntó algo desconfiada la loba. -Sí-, aclaró el diablillo. Hubo un silencio incomodo. -¿Quieres ver una serie?-, cuestionó Blitz animando un poco la situación.

Mientras tanto Stolas se paseaba en círculos afuera de la habitación de Octavia. Pensando. Pensando en que palabras exactas ocupar para hablar con su hija. Era complicado. ¿Tenía que disculparse?

¿Disculparse de qué? ¿Tendría que hablar primero? No estaba seguro de casi nada. Solo tenía una cosa clara: Iba a explicarle todo. No quería vivir con que su hija no supiera que pasaba entre sus padres. Tomó fuerzas. Respiró hondo y se acercó a la puerta de la habitación de su hija. Iba a girar la manilla en el justo momento en que se hecho para atrás y se restregó la cara con las manos por su poca valentía.

"Solo entra" pensó mientras tomaba ánimos para tocar la puerta. Toc, toc. Sonó la puerta al ser golpeada. Esperó unos segundos y se escuchó un murmullo parecido a un "no" proveniente de el otro cuarto.

-Querida voy a entrar-, avisó Stolas alzando un poco la voz para que le pudiera escuchar bien. Tomó la manilla y la giró lentamente mientras empujaba la puerta. Cuando entró pudo ver un bulto debajo de las sabanas de la cama de su hija. Se escuchó otro murmullo de desaprobación. Se sentó junto a ella en el colchón y posó su mano en la parte más alta de el bulto. Como resultado de esto obtuvo que este se moviera un poco. 

-Qué quieres- preguntó Octavia con voz enojada; pero aun así, quebradiza. Stolas meditó su respuesta por unos instantes. -Quiero saber... Que hacer para que te sientas mejor-, respondió. -Entonces vete. De esa manera estaré mejor-.

-Estoy seguro de que si hago eso solo te sentirás peor-, dijo Stolas en tono serio. El ambiente era tenso e incomodo. Ninguno sabía que decir exactamente o que hacer con su cuerpo. ¿Por qué te importo?-, preguntó Octavia de repente. -Porque te quiero Via-, respondió su padre sin dudas en su voz, -Para mí eres la cosa más importante en todo el infierno-, añadió. -¿Más que el idiota rojo?-, consultó la adolescente.

-Obviamente me importas más que Blitz-, respondió mientras le daba un abrazo a su hija y esta salió un poco de entre las sabanas. -Nunca nada será más importante que mi pequeña estrellita fugaz-, añadió al tiempo que aumentaba el agarre del abrazo.

La demonio búho esbozó una pequeña sonrisa que pasó inadvertida. Pero esta se esfumó casi en el momento que apareció. -¿Entonces... Por qué a veces no se siente así?-, preguntó soltándose del abrazo. -¿De verdad te pasa eso?- consultó Stolas con tono preocupado. -En algunos momentos-, respondió la menor desviando la mirada. Ambos pensaron por unos segundos. -Y... ¿En qué momentos por ejemplo?-, preguntó tratando de poner una sonrisa por más pequeña que fuera.

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⏰ Última actualización: Mar 14 ⏰

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