Los días pasan, se mezclan y se confunden dentro de la academia. Las noches son largas y la oscuridad en las salas trae consigo los únicos momentos de intimidad de todo el día, sin micros ni cámaras que registren cada palabra, cada gesto, cada mirada. A veces se olvidan y no importa. Otras veces es difícil.
A Paul le cuesta encajar en el grupo. Es un poco diferente a los demás, siempre lo ha sido. Es introvertido, tiene una creatividad desbordante, estornuda en árabe y es un poco friki, la verdad. Un poco mucho. De tantas cosas que a veces hasta a él se le olvidan y que echa de menos ahí dentro, donde no le queda ninguna para distraerse excepto la más importante. Su música.
Al principio la academia está abarrotada, se forman grupos, hay juegos y bromas y él siente que siempre mira desde fuera, a través del cristal de la sala del piano. Se ha convertido en su refugio cuando no sabe dónde ir y no sabe con quién hablar y no encuentra otra forma de expresar los sentimientos que salen tan fácilmente a través de las teclas, formando melodías de las que surgen palabras como por arte de magia. No es el único que se siente así pero él no lo sabe.
En una clase de Urban en la que nadie le elige para formar grupo esa soledad se clava, empieza a doler cada vez más y en una charla con Abril decide intentar cambiar las cosas. Expresarse sólo con palabras le cuesta un poco más, pero tiene que intentarlo. A Paul se le da bien gestionar. Casi siempre.
- Nada, que simplemente quería decir que anímicamente esta semana he estado un poco (bastante) mal, y es porque no me he sentido del todo integrado en el grupo. - Empieza a hablar sobre las macetas de cara a las mesas del comedor, con los pies entre las plantas. Eso y que casi todo el mundo esté a medio camino de llevarse el tenedor a la boca quita un poco de solemnidad a la situación, pero no mucha - Soy consciente de que me paso la mayor parte del tiempo solo en el piano porque yo lo busco, pero quiero que sepáis que me gustaría integrarme más y que cualquier consejo o ayuda será bien recibido.
Y ya. No ha sido tan malo, parece. Claridad y al grano, sin culpar a nadie (más que a sí mismo). Paul siempre ha sabido mostrarse como es. O mejor dicho, nunca ha sabido no hacerlo. Juanjo y Ruslana se levantan a darle un abrazo que hace que se sienta un poco mejor, y todo sigue como siempre.
Aparentemente.Al día siguiente, en otra clase, vuelven a pedir que se pongan en parejas. Casi no da tiempo a que pasen por la cabeza de Paul recuerdos de Urban-Vietnam y la ansiedad por la posibilidad de que se repita el episodio antes de que Álvaro lo agarre por banda ("¿nos ponemos juntos?"), le mire a los ojos mientras le sujeta la cara entre las manos y le transmita ese cariño que lleva días necesitando, que dice estoy aquí. Es un detalle, ponerse juntos en clase, algo insignificante que para Paul significa tanto que no puede esconder la sonrisa ilusionada y el brillo de sus ojos mientras baja la mirada.
Detalles.
Hay cosas que entre los días eternos y el ritmo implacable de la vida en la academia se pierden en el tiempo. Momentos y conversaciones, pequeños gestos que Álvaro siempre ha tenido con él y que pasan por su mente mientras mira su nuca en una cena en la que está ligeramente distraído.
Álvaro es una de las pocas personas en ese torbellino social con las que puede parar y, por un momento, mientras hablan de videojuegos o de música, dejar de ser tan consciente de sí mismo y olvidar esa presión por encajar que le acompaña tan a menudo últimanente. Álvaro le escucha con interés cuando le explica sus aficiones y se embarca en disertaciones sobre LaLaLand y tantos otros temas que le apasionan y aprovecha esas ocasiones para buscar cosas en común con él ("¡somos los más switfies de la academia!" "podemos jugar juntos al LOL" - porque uno es ADC y el otro support). Álvaro apoya la cabeza en su hombro en las clases, está pendiente de él y le ayuda cuando se pierde en las grupales con Manu mientras se siguen en sus bailes aleatorios. Son detalles, superficiales a primera vista que al acumularse forman capas que añaden profundidad a uno de sus espacios seguros. Está bien tener una persona con la que puede ser él mismo, aunque sea sólo un ratito.
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It's not the truth (when you say I'm fine)- *Álvaro y Paul*
FanficLa historia polvorona, o de Álvaro Mayo y Paul Thin dentro de la academia de OT23. Lo que pasó y lo que podría haber pasado, por lo menos en nuestra imaginación, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real? Que viva el deluleo, supongo.