Capítulo 4: Cover me in a dream

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Veinticuatro horas. Veintitrés y media, con suerte. Ese es el tiempo que pasan al día rodeados de gente y al menos la mitad, de cámaras.

Es un poco desquiciante.

Paul piensa en la noche pasada, en el único momento que han tenido con una ilusión de intimidad que aunque no fuera real, estando en una habitación compartida con todos sus compañeros, es lo más parecido que van a encontrar ahí. No pasó nada, sólo unos roces de manos. Pero dormimos juntos. Lo abracé toda la noche. No me soltó.

Hasta él, al que le suele costar pillar las indirectas, se da cuenta de que aquello pudo ser algo más que colegueo. Pero la luz del día y el ajetreo que trae hacen que todo parezca un sueño que tuvo hace tiempo, uno muy bonito pero que al despertar se esfuma y sólo te deja esa sensación de felicidad por haberlo vivido y de nostalgia porque no ha sido real.

Aunque hay cosas que le recuerdan que sí, que lo fue. Que algo ha cambiado y ese algo en cuestión es que cada vez se mueven más en la fina línea que separa la amistad de un algo más. Cuando se encuentran después de pasar por vestuario antes de la gala, por ejemplo, y proceden a hacerse cumplidos con unos nervios que no tendrían ni dos adolescentes tontorrones en el patio de un colegio.

-Me encanta. Estás guapísimo - Paul mira a Álvaro de arriba abajo un par de veces para confirmarlo, no vaya a ser que se le escape algún detalle.

-Tútambiénestásmuyguapo. Te sienta realmente bien ese pelo - Contesta el otro, atropellado. Y otra vez, por si acaso - te sienta muy bien.

Cuando lo repite por tercera vez Paul lo registra y decide casi subconscientemente dejar de experimentar con estilos capilares alternativos a partir de ahora y también le parece que es buena idea olvidar completamente la gorra que se iba a poner para la actuación. Y, después de un rato, irse al piano un rato a cantar Fiebre para liberar tensiones mientras lo mira a través del cristal y niega con la cabeza cuando casi se le escapa una sonrisa. Yo sólo te bailo a ti.

Ni siquiera durante la Gala, con el terremoto emocional que es y la sensación de irrealidad que les provoca, dejan de notar la tensión cuando se sientan juntos, con la mano de Álvaro apoyada en la pierna de Paul.

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Al día siguiente es el reparto de temas de la Gala 8. Cuando Noemí anuncia que Martin y Chiara cantarán Escriurem se sonríen, sabiendo que esa semana les toca cantar juntos. Paul no se lo esperaba -daba por sentado que esta vez le tocaría un solo- pero, puestos a cantar un dúo, no se le ocurre una persona mejor para hacerlo.

-Y por último, 2021. Leo Rizzi, Amapolas para Álvaro y Paul.

Se abrazan antes de que les de tiempo a procesarlo y van a recoger sus cuadernos. Es unos minutos más tarde, al escuchar la canción juntos por primera vez, cuando atan cabos y se les cae el alma a los pies y ninguno de los dos sabe dónde meterse. Esconderse debajo del teclado del box no les parece una opción viable, por desgracia.

Tú y yo,
Jugando a que salte la tensión
Y todo se haga fuego
Y será así hasta que salte la presión
Y cuando salte la presión
Te leo lo que te escribí

Si la cara de Paul sigue de un color normal es única y exclusivamente porque es fisiológicamente imposible ponerse rojo como un tomate y pálido al mismo tiempo. Su cabeza va a mil por hora en un estado que podría llamarse "gay panic" intentando pensar en cómo narices va a tener que cantarle eso a Álvaro, que Álvaro se lo cante a él, que tengan que actuar delante de todo el mundo una canción que es tan íntima y que podría haberle escrito él personalmente en esos días. ¿Cómo va a actuar lo que siente de verdad? ¿Cómo va a evitar que la gente se de cuenta? La encrucijada es heavy, tiene que lograr que sea creíble y que a la vez no sea creíble para que todo el mundo que va a estar mirando no pueda leerlo. Y Álvaro...

It's not the truth (when you say I'm fine)- *Álvaro y Paul*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora