Siendo prófugos en Rio de Janeiro, Brian O'Conner decide buscar a su hermana menor, quien residía en el mismo lugar.
Sabrina O'Conner jamás creyó volver a ver a su hermano, pero cuando este necesitó ayuda para un trabajo no dudo en ayudarlo.
Rápid...
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ᴺᵒ, ᶜˡᵃʳᵒ qᵘᵉ ⁿᵒ
Instalaciones de ETEON, Ucrania
Deckard Shaw
Comencé a recuperar la consciencia y de inmediato intenté liberarme de lo que sea que me apresara. Y al abrir los ojos las cadenas alrededor de mi cuello, brazos y pies atándome a una silla y los cables de cobre, llamaron mi atención.
Observé a Hatts y a Hobbs, quienes se encontraban igual que yo, con cadenas y cables de cobre atados en sus cuerpos, continúe mi mirada en silencio observando hacia donde llevaban los cables. Conocía esto.
–Ahí están, ¿descansaron? ¿Durmieron tus ocho horas? – cuestione al ver cómo Hobbs y Hattie despertaban– Iba a pedir servicio al cuarto, ¿qué se les antoja? ¿Pan francés? Ya puedo llamar ahora– continué, intentando alivianar la preocupación por mi esposa.
–Antes de despertar soñé que te mataba– mencionó Hobbs– Qué enorme decepción– agregó.
–Idiotas– murmuró Hatts.
–Debo admitir que es algo elaborado– interrumpió Brixton– Una vieja técnica de interrogatorio que aprendimos en las fuerzas especiales– explicó– Tres descargas los matarán, ¿lo recuerdas, Deck? – me cuestionó.
–Si, recuerdo muchas cosas de esos tiempos– resté importancia.
–Tal vez ustedes dos– nos señaló a Hobbs y a mí– Resistan cuatro, muchachos, pero a ella– señaló a Hatts– No le tengo mucha fe– intenté quitar las cadenas y eso pareció divertir a Brixton.
–Yo creo que cómo cinco– retó Hattie, negué, pero claro ella me ignoró.
– ¿Cinco? – cuestionó una voz femenina– Cariño en otro momento tú hubieras sido una gran viuda– sonrió.
–No me digas, tú eres Josette– mencioné negando con una sonrisa.
–Veo que Brina te ha hablado sobre mí, Shaw, me siento halagada– sonrió.
