𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐜𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫 ุ๋ ⸱ 𝑊𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑏𝑎𝑟𝑜𝑛 ⸱ ุ๋

Construcción De Nido

"Hoy es veinte de diciembre y mi esposo falleció hace un par de semanas, lo único que me consuela es ver las estrellas por las noches mientras siento a nuestro cachorro en mi interior. Aunque la vida duela demasiado y ya nada sea tan emocionante como antes, debo ser fuerte de alguna manera para que todo salga bien durante el parto.

Los días se sienten tan solitarios, como si me faltara un poco de cordura. ¿Es correcto siquiera el fingir que esto no me está matando por dentro? Realmente no tengo una respuesta, pero no he podido levantarme mucho de nuestra cama desde que ya no lo siento conmigo.

Muchos solo esperan el nacimiento de mi cachorro para recibir mi muerte, saben lo mucho que necesitaba a James a mi lado.

Pero las dudas me llenan de temor... Porque una parte de mi quiere morir y otra trata de aferrarse a la vida por nuestro hijo.

Y ya no sé qué hacer, me siento como un niño nuevamente. Lleno de temores e incertidumbres, tratando de ser fuerte en memoria de mi compañero de vida".

Helmut había encontrado un refugio en la escritura desde que James había fallecido en aquel accidente, todo lo que alguna vez le resultaba tan fácil como el simple hecho de levantarse de la cama ahora le parecía un completo desafío. Algunos amigos cercanos a James querían intervenir y apoyar a Zemo, pero este se sentía tan vulnerable que no permitía que ningún otro Alfa se acercase a él y a su hijo.

Los días pasaban en silencio, un silencio que era interrumpido de vez en vez por el llanto del omega quien siempre despertaba con la esperanza de ver a James a su lado, anhelando que todo se tratase de una horrible pesadilla. Nada era tan desesperante como tratar de tranquilizarse a sí mismo en medio de tanta tristeza, le resultaba agotador el lidiar consigo mismo durante cada mañana.

Aun así luego de un par de horas reunió la suficiente fuerza para levantarse y tomar una ducha de agua caliente, luego trató de prepararse un desayuno decente con un par de frutas y avena cruda. En cada mínimo detalle de su desastrosa rutina no podía evitar pensar en su esposo, en como lo consentía y lo cuidaba.

Sintió un vacío en el pecho por un momento, pero de inmediato trató de alejar sus pensamientos de todo lo negativo.

Fue así como fijó su mirada en uno de los sofás y en todo el alboroto que reposaba entre los cojines.

En realidad no se trataba de un simple desorden, más bien eran los preparativos para la construcción del nido que tanto él como James habían acordado armar la noche del veinticuatro de diciembre.

Hojas de otoño, rosas y hierbas secas, luces en forma de estrellas y unas cuantas sábanas en tonos beige reflejaban ahora la memoria de su difunto esposo. Recordaba la emoción que le provocaba el armar el nido perfecto para que él y su hijo se sintieran a gusto cada vez que tuviera que salir a trabajar.

Así que finalmente se rompió, sabía que no podía afrontar el hecho de no tenerlo a su lado nunca más, que quizá no sería tan buen padre y que nadie estaría a su lado para calmar sus mayores miedos.

"Atesoramos las memorias y los buenos momentos cuando todo parece estar pintado en un lienzo en medio del bosque.

Ignoramos el dolor ajeno y nos centramos en la felicidad que nos trae el presente en el que vivimos, solo cuando no hay por quien derramar lágrimas.

Los sueños se convierten en pesadillas, las flores se marchitan y las estrellas se convierten en un polvo angelical que se riega por la palma de nuestras manos.

Las nubes lloran y los pliegos de terciopelo se desgastan.

Las miradas ajenas se encuentran entre la tristeza.

Las hojas de un ramo de rosas se secan, y de un momento a otro dejamos de sentir.

Perderse en medio de un conjunto de ilusiones,

El cielo se ve claro, la luna parece desconcertada.

Arropado está el sol entre tus pensamientos.

Y las heridas sanan con el dolor.

Las pesadillas se convierten en arte.

La vida se vuelve un desastre, como una bella obra que no busca ser comprendida ni valorada.

Guardando luto a quien corresponda, pero muriendo internamente por no decir un simple adiós".