Capitulo 01

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- ¡Tus notas son penosas, Enid!

La rubia se encontraba mal sentada en la silla frente a la directora haciendo oídos sordos a la reprimenda de Larissa. ¿Y qué si no era buena en matemáticas? No iba a dedicarse a ello de mayor.

- Hablo en serio, niña ¡¿Me estás escuchando?!

La ojiazul cabeceaba dormida delante de sus propias narices hasta que le lanzó, con buena puntería, el lapicero repleto de bolígrafos.

-¡Hey!

- Me parece que no entiendes las consecuencias de tus malas notas.- Se sobó el puente de la nariz acomodándose las gafas que usaba para leer. - Si siguen así de bajas tendrás que abandonar el equipo de fútbol.

- ¡No puede hacer eso!

Sinclair era la capitana del equipo y la mejor jugadora que el colegio había tenido en años, lo que significaba que si ella iba fuera, el resto no tenía una misera oportunidad de clasificar.

- Escucha niñita, Nervermore es una secundaria bastante prestigiosa y la junta no permitirá que una alumna con un expediente tan patético pase la mayor parte de su tiempo entrenando con el equipo de la escuela. Debes subir tus calificaciones hasta conseguir un ocho como mínimo. -Sus labios formaron una linea recta. Bufó. - Agradece que no te pida un 9 o 10, porque claramente estaría apostando a la nada misma.

-¡Un ocho! - La adolescente se levantó del asiento alterada.- ¡Nunca voy a sacar un ocho! ¡No lo hice ni en el preescolar!

-Siéntate. - Ordenó exasperada. - Sé mejor que nadie, que jamás llegarás a eso con tu cerebro de guisante. - Enid hizo una mueca - Además, Nevermore lleva años sin clasificar en el torneo y ahora que al fin tienen una oportunidad están en manos de una chiquilla irresponsable.

-¡Oiga! -Cuestionó molesta.

- Por eso te he preparado ayuda.

La directora no pudo evitar sonreír al oir el educado golpeteo de la puerta antes de abrirse. Una chica de rasgos finos, piel blanca como la cal, cabellos ondulados y ojos marrones se adentró produciéndose un nada agradable cruce de miradas.

La pelinegra fue el primero en apartas la mirada dirigiéndose a la directora.

- Me llamaba para....

- Te llamaba para pedirte que te hagas cargo de la joven Sinclair, sus notas deben subir para conseguir como mínimo un ocho, para continuar en el...

-¡¿QUE?! - La rubia volvió a levantarse del asiento con la cara desencajada. - ¡No puedes hacer eso! ¡Ella es una estirada Insufrible!

Pero no era la única fastidiada, la de ojos marrones tenía el ceño fruncido víctima de un tic nervioso.

- Las labores de la presidenta estudiantil no incluyen ser la profesora particular de una tonta. - Aseguró. Su rostro se mantenía serio. -Además. - Continuó. - Sería una completa pérdida de tiempo, acabaría enseñando a un hamster a sacar un nueve antes de que ella consiguiera aprobar

-¡¿Qué dijiste idiota?!

- Dije que tu cerebro es más diminuto que el de un hamster. - Aseguró.

Ambas se miraron con ojos oscuros, cejas fruncidas y miradas potentes, como chispeando rayos de energia asesina.

-¡Paren ustedes dos! - Pidió. Enojada por la tonta actitud que adoptaban ambas chicas. -Si no recibes las clases se te expulsará inmediatamente del equipo hasta que mejores tus notas y, Wednesday, si te niegas a aceptar tu expediente será perjudicado. Sería una lástima que un historial tan perfecto se volviera mediocre. 

Para ese entonces, la mujer, se encontraba acariciándose la cien. Ambas chicas bufaron. Derrotadas.

-Bien.

-De acuerdo.

Clases Extra | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora