Hazbin Hotel x TN

CAPÍTULO 1: Una simple luz apareció

Una simple luz apareció.

Había aparecido de la nada en una habitación blanca.

Allí estaba yo, viendo cómo personas con alas me veían con alegría.
Extrañada ante la situación, me quedé callada, mirando a todos esos ángeles que me aplaudían por... Porque?

- Os presentó a la última creación, el arcangel de la bondad y el amor, Águeda, ella, nos ayudará a que nuestras pequeñas creaciones hagan que esté nuevo planeta se reproduzca y creen una civilización apropiada.

Escuche esas palabras sin poder mirar quién las decía, pues quién lo decía estaba detrás de mí, era una luz muy brillante la cual me atraía mirarla pero a la vez sabía que me haría daño. La voz de aquel extraño hombre era una voz grave pero melódica y celestial.

- Y antes de acabar está última reunión, antes de nuestra creación, la Tierra, me gustaría proclamar a Lucifer como el arcangel que ayudará y enseñará a Águeda que debe hacer y no debe hacer.

Un chico de cabello rubio, mejillas rosadas, una piel muy blanca y ojos claros, llenos de bondad y alegría, me miraron curiosamente, analizando todo de mí.

El ángel asintió ante la petición, o más bien, obligación del hombre mayor con una mirada algo molesta, se acercó a mí y agarró mi mano suavemente para llevarme a un lugar diferente a donde estábamos antes, era un lugar lleno de estrellas, miraba asombrada a todas partes, sin saber en donde estaba, ni que hacia allí, solo sabia que no sabía nada.

- Ven, siéntate

Miré al chico en cuanto dijo la primera palabra, me dirigí hacia el y me senté a su lado.

- Me llamó Lucifer, la estrella de la mañana, y te ayudaré a que entiendas todo lo que hacemos aquí, ¿Entendiste?

Asentí ante sus palabras. Se le veía que no tenía ganas de ayudarme a que entendiese todo lo que me explicaría, se le veía cansado, agotado.

- Te veo cansado...

Esas fueron mis primeras palabras, siempre preocupándome ante los demás.

- uff, que alivio, pensaba que tendría que enseñarte a hablar, un trabajo menos para el magnífico Lucifer. ¿Cómo sabes hablar si te acaban de crear ahora?

- Amm... Pues no lo sé, supongo que quién me creó me dio la posibilidad de hablar...?

- Pues mejor! Vale, como puedo comenzar a explicarte todo esto...

- Puedes comenzar con, en donde estoy y quien soy?

- Amm si, perfecto! Te llamas Águeda, eres un arcángel, eres eso porque tienes alas y vas a ser importante en la historia.

- alas?

Miré hacia atrás encontrándome dos alas de un color rosado blanquecino.

- Esto para que sirve?

- Te sirve para volar

- Volar?

El chico suspiro, se levantó y comenzó a volar alrededor mia con esas grandes alas que tenía el, quedé impresionada ante tan acción que pronto me parecería normal.

- esto es volar, ven, inténtalo

Me levanté de donde estaba sentada e intenté mover las alas como el hacía, salí disparada para arriba cuando movi las dos alas a la vez, deje de moverlas del susto que le pegue cayendo hacia el suelo, por suerte, Lucifer me atrapo en sus brazos

- Estás bien?

Asentí bajándome de sus brazos con su ayuda

- No te preocupes por no conseguirlo a la primera, yo también tarde mucho, pero con práctica lo conseguirás. Bueno, sigo explicándote

Nos sentamos de nuevo y seguí escuchándole atentamente, me estuvo explicando sobre el cargo que haría, el planeta que habían creado, los arcángeles que existían por el momento y quien me creó, Dios, el padre de todos.
Nos llevamos un buen tiempo charlando, de sus creaciones, como por ejemplo, los patos! O de cómo le gustaría poder visitar su propia creación cuando pasen unos años; entendí todo a la perfección por suerte de Lucifer.
Poco a poco, mientras pasaba el tiempo, le cogí confianza, se le veía un chico agradable, aunque algo hiperactivo.

Pasaron días y días, Lucifer enseñándome a volar, y yo creando cosas con ayuda de él que podrían revolucionar a la tierra, solo eramos nosotros dos, Lucifer y yo.

Hasta que un día no me tocó de otra que socializar con los demás arcángeles, la mayoría eran amables conmigo, menos Miguel, el era algo... Como decirlo, serio, era fiel a Dios y prefirió no acercarse a mi... Pero porque?
Por lo demás, conocí a ángeles muy lindos que me contaron lo que hacían como Leonardo y Azrael.

También tuvimos mi primera reunión, de cómo los dinosaurios comenzaron a habitar la tierra y como la primera creación de Dios no estaba saliendo muy bien que digamos, eran animales salvajes, depredadores sin uso de razón, pero prefirieron dejarlo como estaba.

Tras terminar un día agotador, fui junto a Lucifer, que estaba algo desanimado.

- Hey, te encuentras bien?

Lucifer me negó con la cabeza

- Qué pasó? Si puedo saberlo claro..

- Me rechazaron de nuevo la idea que tenía para la tierra

- Ou.. lo siento mucho.. debe ser duro, pero no lo entiendo... Eres el único que aporta ideas y te las rechazan, cuando tus ideas son maravillosas, a quien no le gustaría acariciar ese animal que creaste, el pato por ejemplo.

- Ellos no lo entienden y ya... Todos prefieren las ideas que padre crea porque son originales y el es el que manda, yo también podría mandar! Y ser poderoso como el! Pero a nadie le gustan mis ideas...

- ....Pues a mí si me gustan...

Lucifer me miró sorprendido, al principio se pensaba que lo decía por pena, pero en cuanto escucho esas palabras, se dio cuenta de lo importante que tenía a su lado, callado sin decir nada se quedó mirándome, como si de una película de amor fuese.

- Y te apoyaré en todo lo posible

Lucifer asintió y me abrazo con fuerza

- Gracias...

Sorprendida ante el abrazo, le correspondí con una tierna sonrisa, el primer abrazo que doy, y el mejor hasta el momento.

- Gracias a ti por enseñarme todo lo que sé Luci

- Ahora me llamás Luci? Que cursi no?

- Pues puede ser

Solté una pequeña risita separándome del abrazo para comenzar a volar de felicidad, estaba algo disparatada volando, me costaba aún, pero Lucifer se acercó a mí volando y me ayudó con esa sonrisa que me gustaría volver a ver.

Gracias a él vi la luz sin saber lo que sé avecinaba dentro de poco....