Colección de historias (en su mayoría cortas) de esta hermosa parejita ambientadas en distintas líneas, universos, circunstancias, etc.
Advertencia: algunas de estas historias son de temática underage.
Las cosas habían cambiado tanto... No se habían vuelto a ver desde... desde que Pan era solo una pequeñita.
Se había ocupado del estudio, del trabajo y de su noviazgo con Mai, el cual, como Goten ya se lo esperaba, terminó mal. No se entendieron en absoluto. Y para <<rematarla>>, un amigo <<espacial>> de su padre les fue presentado; el tal Granola se robó el corazón de su todavía novia, y rompieron. Los dos lo dejaron triturado, pero a la vez pensando que probablemente eso era lo mejor; Mai y él... no eran como los del futuro; no encajaban; no en esta paz de una línea temporal tan <<permisiva>>.
Era... absolutamente hermosa. La recordaba difusamente; sabía que era una niña bonita, sin embargo, ahora en la adolescencia... brillaba, y dicho brillo lo agarró desprevenido, en su aburrimiento y casi depresión.
Se encontraba comiendo unos ricos bocadillos que le había preparado la abuela Bikini y leyendo una novela policíaca —recomendada por Goten— cuando se adentró como si fuera su casa —así eran todos cuando se trataba de visitar a Bulma y la Corporación Cápsula—.
Los ojos, grises, bellísimos, lo miraron con alegría. —¡Trunks!...
Estaba anonadado, por lo que le fue demasiado difícil reaccionar. —P-Pan... ¡¿eres tú?!
Y metió la pata; se le escapó la expresión de su anhelo interno:
—Qué bonita... — manifestó pasmado, y aunque lo pronunció en voz baja, la joven lo escuchó, y de la vergüenza, los ojos se le tornaron acuosos.
—¡¿Q-qué?!... ¡¿Qué dijiste, Trunks?!...
—¡¡¿Qué?!! Yo...
El bocadillo y el libro se le cayeron. —¡No dije nada, Pan! —sacudía las manos para eludir su error.
La muchachita lo miraba boquiabierta, con los ojos muy abiertos, sin parpadear. El sonrojo abarcó gran parte del rostro, y le atribuyó más belleza.
Enseguida, como ilusionada, inclinó la cabeza y comenzó a jugar con uno de sus sedosos mechones negros.
Trunks se le quedaba viendo. A continuación sonrió, también ilusionado; enamorado. Una risita buena se le escapó.
Era este el inicio del verdadero amor.
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