Capítulo 1

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Eran las 9:00 PM cuando el teléfono del agente López sonaba con insistencia sobre su mesa.

- Hola Emilia en qué puedo ayudarte

- El agente López reconoció al instante el número, era el de la vecina de su madre.

- he bajado como todas las tardes a pasear a Happy, y justo cuando he pasado frente a la tienda de antigüedades he escuchado un ruido muy fuerte, como si fuera un disparo , y estoy llamando a la puerta y al dueño pero no abre nadie, ¿y si le han atracado? - dijo la anciana con voz muy preocupada

- tranquila Emilia seguramente no suceda nada, en este barrio no suele haber atracos es uno de los más tranquilos de la ciudad - dijo el agente tratando de apaciguar a la mujer

- hay mira hijo no se, yo me quedo más tranquila si vienes a echarle un vistazo yo me quedo aquí con Happy, anda cariño que estoy muy preocupada - el agente suspiró hondo clavó la mirada en el techo en un gesto de desesperación y se levantó de su mesa.

- Está bien Emilia, pero lo hago por qué es usted, ¿haber quien sino nos va a preparar esas pastas tan ricas para la hora del café? - el agente López colgó el teléfono y se dirigió hacia el despacho de su superior, tocó dos veces la puerta de cristal y entró

- Romero, Emilia, la vecina de mi madre que ha escuchado un ruido muy fuerte en una de las tiendas del barrio y cree que es un disparo y me ha pedido que vaya.

- Otra vez esa mujer, madre mía vive atormentada ni que esto fuera el Bronx, está bien ve con Rober y a ver qué es lo que pasa está vez.

Roberto y el agente López salieron de la comisaría, Roberto condujo los 11 kilómetros que le separaban del destino mientras en el camino, no paraba de charlar con su compañero

- Jesús esa mujer está loca, siempre llama con algúna película, mira cuando llamó por qué pensó que el vecino de abajo había degollado a su mujer

- pobrecilla, está muy sola desde que se quedó viuda, solo necesita compañía es todo

- hay lo tienes está sola y aburrida y por eso se ha inventado eso, está obsesionada con la policía seguramente se tire viendo CSI a todas horas y su imaginación le haya jugado una mala pasada, por qué no vamos a la heladería y le decimos a Romero que estaba todo bien

Jesús rió cuando su compañero le dijo lo del CSI. Cuando llegaron a la tienda de antigüedades, un grupo de personas esperaba frente a la puerta de la tienda, asomándose por el cristal de la puerta en busca de algún indicio que pudieran atisbar

- señoritas por favor apártense de la puerta, -

dijo Roberto bajando del coche patrulla y con la mano en el cinto, se acercó hasta la puerta de la tienda y tocó varias veces

- oh, bravo señor agente no se nos había ocurrido eso, ha sido usted de gran ayuda-,

dijo una señora sarcásticamente, Roberto rió y mandó a Jesús a qué mantuviera a la gente alejada de la puerta, intentó abrir con fuerza pero no hubo manera por lo que decidió dar una embestida fuerte con el hombro y romper la cerradura con su fuerza.
La puerta cedio y entró en la tienda llamando a voces al dependiente, ando unos pocos metros hasta que al final del pasillo pudo ver una puerta entornada con un letrero en el que se podía leer la palabra " despacho ".
Andó lentamente hasta quedar a pocos metros de la puerta, intentó asomarse a lo lejos pero no veía nada, solo un monton de papeles encima de una mesa con la luz de una lamparita alumbrandolos, tocó dos veces la puerta con sus nudillos

- ¿Señor, se puede, está usted bien?-

al no obtener respuesta alguna, el agente entró en el despacho, lo que vio le hizo llevarse las manos en a la boca

- hostia puta, -

exclamó mientras sacaba el arma y apuntaba hacia todas direcciones, cuando vió que no había nadie en aquel despacho bajó el arma y corrió hacia el dependiente quién yacía sentado en un sofá de cuero con la cabeza hacia un lado y un agujero en la sien, el agente rápidamente le puso los dedos indice y corazon en el cuello, lo que se temia, el dependiente habia muerto de un disparo en la cabeza, sobre el sofa a un lado suyo y cerca de su mano izquierda, se encontraba una pistola y en el cargador faltaba una bala, la misma que estaba inrustada en su cabeza.
Roberto salió de la tienda como alma que lleva el diablo y busco al agente López, le hizo un gesto para que pasase a la tienda y juntos pasaron, no sin antes advertir a la gente que no se podían traspasar el cordón policíal que minutos antes había puesto el agente López.

- hay que llamar al forense Rober, este hombre se ha quitado la vida, pero ¿por qué?, -

dijo Jesús mientras seguia de cuclillas, Roberto no paraba de inspeccionar el lugar miró la mesa llena de hojas,

- Jesús, mira esto tío, - el agente López se dirigió a la mesa y cogió un trozo de papel el cual le daba su compañero

- crees, que lo ha escrito el antes de...

- ¿Está muerto? - dijo una voz tímida a la espada del agente López, este se dio la vuelta y vio a un niño de unos 8 años que se encontraba escondido en uno de los muebles del despacho, la cara de el agente lopez dibujaba sorpresa y terror al mismo tiempo

- ¿Gael, que haces aquí?

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