PAJU, NOVIEMBRE DE 1970.
Ambos jóvenes corrieron riendo bajo la lluvia otoñal que caía rauda. Hacía tan solo horas habían escuchado en las noticias radiales sobre Jeong Tae-Il, el joven de 22 años que era activista por los derechos de los trabajadores. Se había quemado vivo a manera de protesta, por mejores salarios, mejores oportunidades y mejor trato. Y de eso, ambos sabían.
Sus padres eran gente humilde, que trabajaba en los campos o en las mismas fábricas textiles a la que ellos decidieron ingresar en vez de terminar sus estudios escolares. No eran idiotas, el dinero era escaso y sabían que cualquier tipo de ayuda monetaria era bien recibida.
Pero ese día, algo había cambiado en ellos.
Han Jisung se había levantado con una idea en mente, y sabía que Minho lo seguiría, sabía que su Minho estaría ahí para apoyarlo.
—Piensalo, Min —le dijo, caminando de un lado para otro en la salida de la fábrica donde usualmente los más adultos se ponían a fumar uno que otro cigarrillo—. Tú y yo, juntos, en Seúl. ¡¿Acaso no te emociona?! —exclamó, sin parar de moverse. El más introvertido simplemente lo miraba, mientras se llevaba un cigarrillo a la boca.
Se habían conocido gracias a sus padres; ambos trabajaban en la misma fábrica de zapatos, por lo que siempre se veían en las actividades que realizaban sus jefes para intentar apaciguar la revuelta de la que se hablaba. Una revuelta que nunca llegaba, de todas formas.
Sus padres eran muy buenos amigos, por lo que era solo cosa de tiempo para que aquel chiquillo extrovertido se ganara un espacio en el corazón del introvertido, y vice versa.
Minho botó el humo por la boca, observando a Jisung, al tiempo en que un nudo enorme se contraía en su estómago. Él sabía que no podía mencionarlo, sabía que no podía hacerle saber al menor lo que sucedía, y eso le pesaba día tras día. Sobre todo en momentos como en los que estaban ahora, con él rogándole para que lo siguiera. Carajo, lo seguiría hasta el fin del mundo si se lo pedía.
—Me estás diciendo que podemos irnos a Seúl a buscar una mejor vida para nosotros y nuestros padres, pero ¿No te parece un poco imposible? —le preguntó, sintiendo su corazón latir con algo de rapidez—. ¿No has pensado que, si aquí las chances de una buena vida son imposibles, allá lo serán más? Hannie, ni siquiera terminamos nuestros estudios... —le hizo ver.
—¿Y eso qué? —cuestionó el menor, cruzándose de brazos—. Mucha gente que no ha terminado sus estudios está triunfando últimamente. esos podríamos ser nosotros fácilmente —murmuró con algo de desgano—. Min, piensa en nuestras familias —se acercó a él, posando sus brazos en los hombros del mayor—. ¿Acaso no sería algo grandioso si pudiéramos asentarnos allá, obtener un buen trabajo y luego llevarlos con nosotros? —le preguntó.
—No creo que sea tan fácil, Sung —susurró, intentando captar cada aspecto del rostro del menor—. Pero...
—¿Pero...? —repitió ilusionado el menor, observando con atención a Lee.
—Tendría que pensarlo un tiempo. —le dijo, notando como el menor dejaba caer sus brazos y la decepción se tomaba sus ojitos.
Han bajó la vista, frustrado. No. No había nada que pensar, no había tiempo de nada. Tenía que salir esa noche, tenía que estar abordando ese tren a como diera lugar, incluso si Minho no quisiera acompañarlo. Alzó la vista decidido.
—El tren sale a las nueve y treinta. Solo esperaré diez minutos, Minho —le hizo saber, oyendo el sonido de la puerta abrirse—. Me iré, así sea contigo o sin ti. —le dijo.
Lo abrazó cortamente, temiendo que esa fuera la última vez que lo vería en su vida. Al menos hasta poder volver a Paju.
Pero lo que nunca espero fue que ese día, con toda la nostalgia en su corazón, sintiéndose extrañamente herido, y con la lluvia haciendole compañía como llorando junto a él la pérdida de una hermosa amistad, fue que Lee se presentara frente a él, a solo segundos de que el tren comenzara a andar.
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AS IT WAS || MINSUNG AU
FanfictionPaju, 1970. Minho y Jisung se conocen de casi toda la vida. Su historia se remonta a sus padres, quienes se conocieron en la fábrica de textiles de los Seo. Desde entonces, han sido inseparables. Tanto así que el joven Jisung logra convencer a Minh...