Capítulo 5

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Permanecí en mi habitación el resto de la tarde, realmente no tenía ganas de hacer ninguna otra cosa, y de todas formas no podía ir a ningún lado tranquila ahora que Valentino iba a estar monitoreándome para evitar que me escapara; así que mejor me quedé envuelta en las sábanas de mi cama mientras seguía deprimida por lo que había pasado hace rato con Val.
Luego de un rato debí de haberme quedado dormida porque de repente abrí los ojos y vi por las ventanas que ya era de noche. Revisé mi teléfono y vi que ya eran pasadas las 12. Dejé el teléfono en mi mesita de noche y volví a envolverme con las sábanas para ver si me volvía a dormir o si simplemente me quedaría ahí viendo hacia el techo hasta que amaneciera. Y de hecho así fue por un rato.
Estuve mirando al techo mirando hacia el vacío sumergida en mis pensamientos, pero luego escuché un ruido similar al de una radio vieja, lo cual me pareció muy extraño teniendo en cuenta que yo no tengo nada similar, de hecho, no hay nada similar en kilómetros debido a una disputa que tiene Vox con otro demonio. Me senté y miré a mi alrededor para ver de qué se trataba, pero no vi nada, revisé debajo de la cama y en todos los cajones que tenían los muebles de mi cuarto, pero simplemente no encontré ninguna cosa que pudiera provocar ese ruido.
De la nada, el sonido se detuvo, así que decidí regresar a la cama y volverme a acostar, pero cuando estaba a punto de hacerlo, oí que alguien tocaba la puerta de mi habitación.
Nuevamente, estaba extrañada, era muy tarde, salvo por mi, no creía que hubiese alguien despierto a esa hora. Me dirigí a la puerta con un poco de miedo, respiré profundamente, agarré coraje para tomar la perilla de la puerta y la abrí, pero no vi a nadie del otro lado. Me asomé a los lados de la puerta, pero igualmente no vi a nadie, lo cual me asustó un poco.
No supe que hacer, así que mejor cerré la puerta y nuevamente me dirigí a mi cama. Estaba por acostarme cuando sentí una vibra extraña a mi alrededor, una muy oscura que se estaba formando en la habitación. Voltee para ver qué pasaba, y en efecto, una gran oscuridad se estaba formando en mi cuarto.
No lo dudé ni dos segundos, me fui a mi armario, tomé mi espada y la apunté directo al ente que estaba apareciendose en el lugar. Para cuando la hoja de la espada estaba cerca de aquel demonio, él terminó de manifestarse y pude verlo a la perfección.
Se trataba de un demonio vestido con un abrigo rojo con rayas, pantalón y guantes negros acompañado de un viejo bastón. Todo esto me hizo darme cuenta de quien se trataba, nada más y nada menos que el demonio de la radio.

[Inicio de la Narración de Alastor]

Abrí mis ojos para observar a la chica que ahora estaba frente a mí y vi cómo me apuntaba con una espada con algo de terror en su cara, algo que me causó total satisfacción y me hizo poner una gran sonrisa.

- Hola, querida.
- Nada de holas ¿Qué haces aquí?, tú no tienes permitido estar aquí.
- Lo sé, por eso vine cuando nadie sabe que estoy aquí – aparté su espada y me quité para observar su habitación. Pude observar que en una de sus mesas de noche tenía un pequeño frasco de whisky, lo tomé y volteé a verla - ¿También te gusta? Supongo que tenemos cosas en común.

Logré sentir su incomodidad al yo estar viendo y tocando sus pertenencias, se acercó a mí y que quitó el frasco de mis manos un poco molesta.

- ¿Me vas a decir por qué estás aquí?
- ¿Sabes? Me hablas muy informal a pesar de que apenas nos conocemos.
- Pensé que sería correcto teniendo en cuenta que entraste sin invitación a la Torre V y a mi cuarto.
- Técnicamente me invitaste al abrir la puerta – seguí mirando alrededor – parece que el tonto compañero de Vox te hace vivir de manera modesta ¿no es así? - vi como frunció el ceño aún más.
- No creo que deba hablar así de Val estando en su casa.
- Creo que tienes razón, que avergonzado estoy – dije completamente sarcástico.
- Escuche este fue un día difícil y no quiero meterme en problemas ni con mi jefe ni nadie más de los Vees si llegan a enterarse que estuvo aquí.
- Tranquila querida, esto será rápido.
-No me llames querida.
-Como digas querida- me reí al ver que eso la hizo enojar más – Iré directo al grano, escuché que buscas convertirte en una Overlord.
- ¿Qué? ¿Cómo?
- Realmente eso no importa, lo importante es ... que puedo ayudarte.

Observe como realmente no estaba convencida de lo que decía.

- Los Soberanos como tú no ayudan solo porque sí, quieres algo.
- Veo que eres lista, tienes razón.
- ¿Quieres mi alma no es así?

No dije nada solo le dirigí una sonrisa normal como las que tenía casi siempre.

- Lamento que hayas venido por nada, porque eso no va a pasar.
- La mayoría siempre dicen eso, pero después se dan cuenta que no pueden por sí solos, y terminan recurriendo a mí.
- No te ofendas, pero eso me parece completamente estúpido. Más cuando se trata de poder, ¿por qué negociar para conseguir poder si le das poder a otro con ese trato? Es absurdo.

Lo que dijo solamente logró darme a un pequeño punto de mi orgullo, aquel que sabía que en parte yo había hecho algo similar, cosa que me hizo fruncir ligeramente el ceño.

- Así que puedes irte – me dio la espalda y se dirigió a la puerta.
Antes de que la abriera para sacarme de su cuarto, me comencé a reír, cosa que llamó su atención, volteó nuevamente a mirarme un poco confundida.
- ¿Qué es tan gracioso? – preguntó molesta.
- Es divertido que consideres absurdo el negociar sobre el poder con un Overlord... más aun teniendo en cuenta que esa es tu situación actual.

Pude ver como su rostro se quedó paralizado de la sorpresa por unos momentos, luego volvió a fruncir el ceño y me miro con enojo.

- Eso no es verdad.
- ¿Ah no? ¿Qué acaso no tienes un contrato con Valentino esperando que en algún momento te considere para ser una Vee?
- ...
- ¿Sabes? Ninguno de ellos alguna vez llegaría a considerarte. Prefieren ver poder y estatus más altos que los tuyos. No tienes ninguna oportunidad con ellos.
- Tú no puedes saberlo.

Eso es lo que me gusta, ver la esperanza que tienen antes de que su voluntad se quebrante y vengan a mí desesperados.

- Créeme, lo sé. Ellos jamás te tomarán en serio, después de todo... - me acerqué a su oído y le susurré – solamente eres otro más de sus juguetes – me alejé de ella y me dirigí a la puerta – Recuerda mis palabras queridas, algún día vendrás a mi desesperada por ayuda.

Salí de la habitación y desaparecí  de aquel lugar que odiaba tanto, llegué a mi habitación del hotel y guardé mi bastón mientras pensaba: "No falta mucho para que su no-vida se vuelva insoportable, y cuando eso pase, estaré listo para recibir su alma".


Notas:
Espero les haya gustado el capítulo, perdón si lo sintieron corto pero he estado ocupada con mis proyectos de la universidad.

Quiero agradecer el apoyo que está recibiendo la historia, me alegra profundamente ver cuántas personas leen y se interesan por la misma.

Tengan una linda noche y buen fin de semana. Hasta el próximo viernes.

¿Amor o Poder? | Hazbin Hotel x T/nDonde viven las historias. Descúbrelo ahora