compartiendo momentos

353 38 7
                                    

—Ya era hora. —Kati se levanta de su asiento y viene directo hacia mí, seguida por Fer.

—Lo siento. —digo, aunque ya estoy calmada, siento la necesidad de cubrirme el rostro por si quedaron rastros de enrojecimiento. — El profesor Lupin solo quería decirme que me cita la directora mañana por la mañana, y podría haberlo dicho delante de ustedes…

—¿Te dijo por qué te quería ver? —inquiere Kati.

—Dijo que debía hablarme sobre mi situación actual. —contesto.

Mis ojos se dispersan por la Sala Común unos segundos, distingo alumnos de Slytherin sentados junto al fuego.

—Seguro no debe ser nada. —consuela mi compañera, y pasa su mano por mi hombro, acto al que le doy importancia, me mira con cariño. Consolar es algo que muy pocas personas hicieron conmigo, y valoro que Kati lo haga ahora. No es como si me preocupara demasiado, no creo que sea nada malo, solo me ganan los nervios y la curiosidad.

—Solo tengo curiosidad por saber que tiene que decirme...

—Oye —me interrumpe Kati, que tiene el ceño fruncido. — Hueles a colonia... Y no a la tuya...

Mi pulso se acelera ante el pensamiento, no estuve lo suficientemente cerca de él como para que se adhiriera a mí su aroma.

—¿Te cruzaste con alguien más después de ver al profesor? —mi compañera levanta una ceja con diversión, apenas puedo esbozar una sonrisa mientras pienso en correr a cambiarme de ropa.

—No —mi voz es uniforme y nerviosa.

—Ya nos dirá a su debido tiempo, Kat. No la molestes. —interrumpe Fer— Estábamos pensando en que ¿Si podemos seguir hablando en privado en tu habitación?

—Claro, ¿no va a pasar nada si subes por las escaleras?

—Ya no, la mayoría de las reglas quedaron anticuadas, la directora es lo mejor. —me sonríe con un rastro de aprecio en los ojos.

Puedo afirmar que McGonagall es una gran persona, de no ser por su insistencia y paciencia no estaría aquí, terminando mis estudios, y volviendo a sentirme parte de algo. Me siento parte de este grupo pequeño, es acogedor saber que tienes gente a tu lado.

—Entonces vamos.

Subimos las escaleras que llevan a los cuartos de chicas y me giro momentáneamente para comprobar que Fer sigue detrás de Kati y no cayó de nuevo a la Sala Común. Llegamos al final del pasillo, la última puerta es mi habitación. Abro y dejo que ellos pasen primero.

—¡Wow! Que suerte tienes al dormir aquí tu sola. —dice Kati.

—Supongo... —con ellos aquí, la habitación toma una perspectiva más cómoda, como si es así como debería estar todo el tiempo. — Aunque es aburrido...

—Claro, no tienes con quien hacer pijamadas —Kati, se acerca a mi escritorio que solo tiene textos de Defensa Contra las Artes Oscuras.

—¿Tienes diez años como para hacer una pijamada, Katerina? —refuta Fer que se sienta en la cama.

—Primero, no me llames así; y segundo, no hace falta ser pequeño para tener una pijamada, va a ser diferente y no vamos a colorear o jugar con muñecas, pero podemos contarnos secretos, chismes...

—Suena muy divertido —digo con una sonrisa.

Estamos un rato acomodándonos, Kati tira una de mis almohadas al suelo para que Fer se acueste mientras que nosotras nos ponemos en la cama.

—Como dije, no me gusta hablar de eso, Katerina. —le replica Fer molesto, pero sé que no lo está realmente, me arriesgo a decir que es así todo el tiempo.

profesor; remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora