━ 𝐈𝐈: ''𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐭𝐞 𝐛𝐞𝐧𝐝𝐢𝐠𝐚.''

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Había pasado un día de lo ocurrido, de aquel extraño accidente en donde Abril no murió, pero parecía como si así fue, y en el cual un niño le dijo que se deshiciese del crucifijo

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Había pasado un día de lo ocurrido, de aquel extraño accidente en donde Abril no murió, pero parecía como si así fue, y en el cual un niño le dijo que se deshiciese del crucifijo. A ello se le sumaba el sentir una presencia observándola fijamente, oír pasos detrás suyo y el molesto pitido en su oído izquierdo. ¿Qué podía decir en su defensa? Absolutamente nada. Ella se lo había buscado, ella lo había querido y, si había funcionado, aún lo quería.

Sin embargo, estaba asustada... y no se quitaría el collar.

Según investigó en el libro donde estaba la invocación, una vez que se le ignoraba al espíritu, éste se aburriría y, eventualmente, se iría por su cuenta. ¿Acaso el mismísimo Diablo se iba? ¿Acaso Abril necesitaba recurrir a un curandero o algo así? No.

¡Por supuesto que no! Iba a ser valiente, iba a acostumbrarse a vivir con una mirada encima, con un irritante pitido en su oreja, e iba a olvidar toda esa extraña resurrección. Fingiría que no vio el color sangre en los ojos de su doctor, y que el niño del hospital tenía algún tipo de enfermedad mental, la cual lo hacía alucinar y ver cosas que no estaban allí. ¡Tal vez podría mentirse a sí misma y pensar en que estaba enferma mentalmente, también! Y lo hizo.

Fue entonces aquel día, el segundo -para ser exactos-, al cual Abril maldijo/bendijo de por vida.

Los Garza se dirigían a la iglesia en el Triumph Herald verde de Des. La castaña llevaba puesta su ropa casual: camiseta blanca, abotonada hasta el cuello y dentro de una falda larga hasta sus rodillas. Unos calcetines blancos cubrían sus piernas, y una diadema adornaba su cabello.

Cualquiera diría que tenía aspecto de niña de diez años para su edad, pero así era la ropa que su madre compraba para ella, y al ser de contextura pequeña era aún más confuso.

Estaba bien, porque la mayoría de las personas en Holmes Chapel vestían así, incluso si en su escuela creían que lucía como una idiota por no llevar lo que la mayoría de chicas de dieciocho años llevaban.

Ama lucía muy bonita con su vestido por las rodillas y zapatos planos; toda de blanco. Su madre iba exactamente igual, con el cabello suelto de manera preciosa, y su padre iba de camisa blanca y pantalón negro, recién salido de la ducha.

Todos oían una -obviamente religiosa- melodía que le daba gusto oír a la familia, e incluso se la sabían, pero no eran lo suficientemente exagerados como para cantarla al unísono.

Bueno...un poco.

— Oh, no. — Abril murmuró mientras observaba por la ventana un accidente que había a lo lejos, en un borde de la carretera la cual su padre conducía.

Ama intentaba observar por la ventana de su hermana mientras Adriana tapaba sus ojos y murmuraba en voz baja algo inentendible. Abelardo frunció su ceño y manejó a más velocidad, intentando pasar rápidamente para que ninguno sintiese tristeza o impresión.

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐃𝐀𝐍𝐂𝐈𝐍𝐆 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora