━ 𝐕𝐈𝐈𝐈: ''𝐃𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐥𝐨.'' 𝐈𝐈/𝐈𝐈

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Abril observó la mano frente a sí por unos segundos, sin dudar en tomarla

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Abril observó la mano frente a sí por unos segundos, sin dudar en tomarla. Ambas encajaban como si estuviesen hechas para la otra, notando aquello, permaneciendo quietas por unos segundos antes de que los dedos de Samantha envolviesen la mano contraria. La sostenía con delicadeza, pero no porque era frágil, si no porque era algo sumamente preciado para ella.

Con un suave tirón, Samantha la atrajo a su propio cuerpo, lentamente rodeando la cintura de la mundana con un brazo a la par que ésta apoyó su mano libre sobre la camisa abotonada y negra, en el hombro de la arcángel. Sintió la calidez de la piel a través de la tela, y sus manos unidas se alzaron un poco, en la posición correcta del comienzo de una danza.

La mujer comenzó a bailar con lentitud, meciendo ambos cuerpos con lentitud y paciencia. Abril tropezó con sus propios pies, quejándose en el interior. No es que no supiese bailar, si no que no había ritmo al cual seguir. Nerviosa y sumamente sonrojada, no pudo evitar reír con vergüenza.

— No hay música. — Murmuró, esperando no romper el precioso ambiente que ambas habían formado mientras, de reojo, notaba una leve sonrisa en los finos labios de la mujer.

— Mírame a los ojos. —

La chica alzó ambas cejas, sorprendida por aquel pedido de parte de la contraria. ¿No sabía lo que sucedía cuando sus miradas se encontraban? De por sí, el pitido era molesto, por lo cual presentía que, si éste se volvía más potente, su cabeza estallaría en pedazos.

— No puedo... — Negó lentamente con la cabeza. — Es que...ese sonido... — Se excusó, esperando que ella no se enfadase. — ...es demasiado fuerte. —

— Abril. — Samantha llamó con suavidad, inclinando su rostro hacia el de la más baja, quien cerró sus ojos cuando sintió el cálido aliento contrario rozando su piel.

— Y duele un poco. — Continuó, lamentándose. Realmente quería admirar los ojos de Samantha de cerca. — Lo siento. —

La mano de Samantha se apartó de la de la castaña, llevándola al mentón de ésta para acercarla un poco. — Mírame. —

Abril abrió sus ojos, alzando su mirada y observando entre sus largas pestañas los preciosos ojos avellana, donde había una franja bordó en sólo uno. El pitido en su oído izquierdo aumentó al punto en que se estremeció en los brazos de la arcángel, adolorida pero, repentinamente, dejó de oírlo.

Ya no sonaba a una desafinada cuerda aguda de un violín, ahora...había una melodía.

Una suave, tan triste, que los ojos de Abril no tardaron en soltar lágrimas. Tal vez no sólo se debía a ésta, si no que, finalmente, era capaz de admirar la belleza en los ojos de Samantha. Ésta también lucía impactada, con su ceño levemente fruncido. Lucía curiosa, perdida...

...encantada.

Sin apartar la mirada de la mundana, volvió a llevar su mano a la contraria y, nuevamente, retomó la danza, siendo seguida de manera apropiada, sin ningún tropiezo e inseguridad. Abril sorbió su nariz, temblando levemente por la brisa invernal, y por el impacto, pero jamás apartó sus ojos de los de Samantha. Disfrutaría al máximo ver aquella inmensa obra de arte.

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐃𝐀𝐍𝐂𝐈𝐍𝐆 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora