Captain Thitipong - FortPeat (omegaverse)

CAPÍTULO III

Peat salió del baño aturdido y con los ojos llorosos después de haber vomitado por tercera vez ese día.

Últimamente ha tenido malestares que todo indica a que está embarazado. Aunque nada es oficial aún, ya estaba empezando a sospechar.

Si antes no salía de la casa, ahora mucho menos. Y está vez, por voluntad propia. Se la pasaba todo el día recostado con unos terribles mareos y también con el estómago revoloteado. Se sentía fatigado y no tenía deseos de hacer absolutamente nada.

Fort lo cuidaba mucho. El alfa, a pesar de aún no sospechar nada, estaba mucho más sobreprotector. Más gruñón y también más cariñoso cuando se trata de dormir juntos. Incluso había veces donde Fort le había permitido salir al jardín, pero el Omega se negaba.

Secó su boca con un trapo después de haberla lavado. Salió de la habitación para dirigirse a la cocina y pedir alguna sopa. De verdad se sentía muy mal. Y extrañaba a Fort.

El alfa se iba a las montañas a entrenar hasta las dos de la tarde y Peat pasaba toda la mañana sin verlo. Lo necesitaba mucho a su lado, últimamente andaba muy sensible porque le lloraba a Fort cada vez que este tenía que irse. El alfa se reía de ternura, y se permitía llenarle el rostro de besos.

En los pasillos se encontró con Noeul, el cual salía de una de las habitaciones. Era extraño. Porque no solía ver al Omega frecuentemente. Hasta un día a la semana. Pero está vez Noeul tenía algo extraño, su mirada estaba vacía, hueca y tenía unos pequeños hematomas en su rostro y brazos. Era un Omega callado, y eso le causaba preocupación.

—¿Noeul? —Pronunció al verlo. El Omega mayor levantó la mirada. Tenía unas pequeñas ojeras y también el labio completamente blanco, sin vida, y partido —Por Dios ¿Qué te pasó? —Se acercó a él intentando tocarlo, pero él desvió el rostro.

—No es de tu incumbencia —Lo miró molesto. Intentó irse pero Peat lo tomó suavemente por los hombros.

—Mira, sé que no te caigo bien, pero... Déjame ayudarte, por favor —Empezó a decir con la voz suave, intentado aminorar su molestia —Eres Omega como yo, y se supone que debemos apoyarnos ¿No?

—Aunque seamos Omegas no es nuestra obligación caernos bien —Espeto arisco. —Ahora, tengo cosas que hacer. Y creo que tú también, p r i n c e s i t o — Deletreo con desprecio antes de darse la vuelta.

Pero Peat lo volvió a tomar del brazo.

—¿Qué diablos quieres? —preguntó ya irritado.

—¿Quién te golpeó? —Interrogó Peat, está vez con la voz dura.

Noeul palideció y se zafó bruscamente.

—No es asunto tuyo.

—Noeul, por favor. Si alguien te está haciendo daño dímelo. Yo hablaré con Fort para que lo resuelva.

Noeul enarcó una ceja.

—Vaya... Hace poco estabas despreciando al capitán Thitipong y mira, hasta le pides favores —Se cruza de brazos.

Peat se mordió el labio inferior, ruborizado.

—Es que... estos días él... pues me ha demostrado que no es como yo pensaba. Se ha portado muy lindo conmigo —Musitó recordando las bonitas atenciones que le ha dado desde que tuvieron relaciones, los cuidados y las veces que lo volvía hacer, siendo más cuidadoso. No pudo evitar soltar un suspiro.

—Eso es para que no andes juzgando a la gente sin conocerla —Dijo Noeul, cruzándose de brazos.

—Sí. De hecho... —Bajó la mirada, sonrojado y buscando una arruga en el camisón. Noeul alzó una ceja —creo que hasta estoy embarazado.