"Este no eres tú"
Han Jisung un hermoso peliazul que no le importa ser juzgado por su apariencia, es aceptado en una de las más grandes empresas de Seul por sus habilidades liguisticas.
Para celebrarlo va un bar en donde conoce a Lee Know, un chico...
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Pasaron las horas después del tenso momento, Jisung estaba más calmado pero aún dolido.
Era consiente que solo fue un encuentro de una noche, ¿Pero era necesario un trato así?
No esperaba un trato especial por haberse acostado con el albino, sino que uno con respeto y no referirse a él como un prostituto.
Salió de su oficina, con unos papeles fue donde su jefe.
Toco la puerta y pidió permiso, recibió un “pase” como respuesta.
Sentia un tensión al pasar que le dificultaba respirar.
Al entrar vio a su “querido” jefe y oh sorpresa… También a Minho.
- ¿Qué pasó Jisung? —pregunto el señor Lee.
- Hice lo que me pidió señor -dijo pasándole los papeles dentro de una carpeta. – Buenas tardes joven Lee
Lo saludo solo para aparentar normalidad frente al jefe, si no estuviera juraría seguir la discusión.
- Buenas tardes Han —dijo sin mirarlo.
- Logre llegar al acuerdo que usted propuso con los embajadores de China y Japón, también logré que Tailandia diera un precio por sus servicios y los de Italia y Brasil accedieron a reuniones próximas
- Me parece excelente tú progreso Jisung, sigue así y lograremos varias cosas con tú ayuda
- Me alaga señor, no es nada, solo hice mi trabajo
- Minho, acompaña a Jisung para que vean mejor lo de esas entrevistas
El albino encubierto trago en seco, no quería seguir cerca de Jisung, pero no debía llamar la atención de su padre.
Ambos asintieron y salieron hacia la oficina del menor.
- Solo dime que es lo que debo tener en cuenta y ya puedes irte
- No hables de esa manera
El menor frunció su seño y se le acercó. – Y tú nunca más en tú vida me llames puto o interesado, porque no lo soy y merezco respeto
- Escucha se que lo que dije fue feo pero…
- Pero nada, para la próxima te dejo peor la cara
El mayor sin ganas de seguir, fue por una carpeta a su oficina la dejo con el peliazul. – Eso ten en cuenta
- Bien, no necesito tú ayuda
- ¿No podemos conversar de manera civilizada?
- No
- Lo que tú digas, Han —hablo el falso rubio mientras se daba la vuelta.
Luego el chico desapareció de la vista del menor, el cual reprimía sus lágrimas
