Capitulo 4

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Me desperté aún con sueño. Anoche fue una de las peores noches que he tenido en mi vida. Aunque también me gustó lo de los besos, ¿pero qué mierdas digo ahora? Ay dios mío, me estoy volviendo loca.
Tengo que ir a ver a un psicólogo un día de estos, si no lo hago me voy a volver loca, bueno, más loca de lo que ya estoy. Pero volviendo a la vida real.
Estaba cansada, muy cansada. No me quería levantar, como ya les dije, no fue mi mejor noche, pero gracias a cómo me da la luz del sol en la cara pude notar que ya es muy tarde, muy tarde.

Me di la vuelta hacia el otro lado de la cama y miré la hora. Eran las 12:30 PM. Bueno… No me haría mal dormir otro rato, ¿Verdad? De todas formas no tengo nada que hacer, ni mucho menos tengo hambre. O eso pensé, ya que escuche como mi estómago rugía. En serio, no ayudas cuerpo mío. Déjame dormir, tengo sueño.

Intente dormir de nuevo, pero mi estómago volvió a repetir el mismo sonido, yo solo bufé en respuesta hacia mi propio cuerpo.

Me levanté rápidamente, pero como soy bien estúpida y parezco anciana, casi me caigo del mareo, y no me digan que estoy embarazada, que un beso no puede hacer eso, ¿Cierto?

No, pues ya me estoy empezando a preocupar por nada, bueno, eso espero.

Me sostuve de la mesa de noche que tengo al lado de mi cama y me lleve una mano a la cabeza. Me palpitaba del dolor inmenso, creo que tendré que beberme unas pastillas, el problema aquí es que no me puedo tragar las pinches pastillas.

— Hay dios mío, mejor me mato. — dije para mí misma y después me senté en la cama.

Busque unas pastillas dentro del cajón y después de unos minutos de buscarlas porque la muy pendeja no las encontraba —Como siempre—, las encontré en el mismo cajón en el que busque como mil veces. Tome en mis manos las pastillas y me las bebí, wow sí que parezco anciana, siempre con dolores de espalda y bebiendo pastillas. Me sorprendí al no atragantarme con las pastillas, la mayoría del tiempo siempre tengo que partir las pastillas en cuatro pequeños pedazos, sí, muy estúpido, lo sé.

Me levanté de mi cama y fui directo a la ducha, necesitaba un baño, eso es obvio. Ando que parezco, bueno, no ando que parezco, ando que soy un desastre, un completo desastre. Entre a la ducha y después de una hora salí, me sorprendí al ver que dilate una hora y no dos o tres como siempre, un nuevo récord, este día está lleno de sorpresas.

Me mire al espejo y mire el golpe en mi frente, ¿Qué porque tengo eso? Fácil, estaba cantando en la ducha, y no solo cantando, sino que también estaba bailando, así que me caí, y yo como la persona más normal de este mundo trate de agarrarme del agua. Y yo que creía que más estúpida no podía ser.

Con las yemas de mis dedos traté de tocar la parte en dónde se encuentra el golpe, pero me dolía, y mucho.

— Ash.—me queje frustrada. Me frustró rápido, y eso todo el mundo lo sabe. No sé cómo le hace mi mamá para aguantarme, supongo que es el poder maternal.

Mire el reloj nuevamente y eran las 2:00 PM. Y la verdad tengo más hambre de la que ya tenía, ya hasta me dolía el estómago. Busque lo primero que encontré en el armario y me lo puse. Me sequé el cabello y me lo enrollé en una cola de caballo. Y ni me moleste en maquillarme, ya que es tarde y no me gusta el maquillaje.

Me mire nuevamente en el espejo y mire lo hermosa que me miró, si lo sé, es muy egocéntrico de mi parte, pero así soy yo, ¿Qué le voy a hacer?

Salí de mi habitación y baje directo a la cocina, esperando no encontrarme con Leo. Pero por desgracia Dios no me escucho, ya que se encontraba ahí, yo solo lo mire mal, puesto que él solo me miraba de arriba abajo. Le saqué el dedo medio y él solo rodó los ojos y siguió comiendo de su cereal.

Corazón Rebelde (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora