—¿Que demonios haces? —le pregunto susurrando, este imbécil es un gran atrevido, eso me gusta, pero lo odió también.
—Disfrutando de lo que es mío —susurra sonriendo pícaramente, con la vista hacia el frente para después mirarme a mi.
¿Que?
¿Cómo?
¿Que dijo este pendejo?
Que soy... ¿suya?
Está demente, demasiado demente.
Disfrutando de lo que es mío.
De la única persona que puedo ser suya, a la única persona a la cual le pertenezco, es a mi mamá, y esa señora me deja ser libre. Desde que cumplí los dieciocho años me deja hacer lo que quiero, bueno, no exactamente, hay algunas excepciones, pero está, está no es una. Si mi mamá se enterará de lo que está pasando entre Leo y yo, si de da cuenta, se pondría feliz, al igual que Alejandro y los chicos. No los entiendo, ¿Porque quieren juntarnos? ¿Porque? ¿Que ganan con esto?, Ah sí, ya lo recuerdo, ganan paz y tranquilidad.
Vuelvo a la vida y salgo de mi ensoñación y mirando a Leo le digo:
—No soy tuya, no soy un objeto que puedes tener cuando quieras, no te permitiré... —me interrumpe, poniendo un dedo en su boca e indicando con discreción que los chicos están en frente de nosotros.
—Shhh, —dice con su dedo sobre su boca —te pueden escuchar. —sonrie maliciosamente y empieza a subir su mano, le aparto la mano de inmediato.
¿Y este que se cree?
Ah sí, ya lo recuerdo. Se cree mi dueño.
Este idiota. Imbécil. Maldito hijo de su madre. Lo voy a matar. Le voy a arrancar los ojos. Lo voy a...
Respiró profundo tratando de calmar mi enojó y no agarrar un cuchillo y clavarselo en la cabeza.
El me mira burlonamente.
Este idiota, ¡Lo voy a matar!
Cuando estoy apunto de tirarme encima de el, llega la mesera con la pizza. Gracias, gracias. Agradecele a la maldita mesera, agradecele maldito hijo de tu puta madre, gradecele porque te salvó la puta vida.
Ya Vic, cálmate, cálmate, nadie tiene porqué morir el día de hoy.
Creo que le cambiaré el nombre al idiota, ya no se llamará Leo, ahora se llamará nadie.
Le doy una sonrisa forzada a la mesera sintiendo la mirada de todos, creo que se dieron cuenta de que tengo ganas de matar.
<<¿Y como no hacerlo? con esa tremenda cara de culo que pones>>
Y ahí viene, mi maldita conciencia, esa maldita cosa, viene a molestarme la vida.
—Gracias —le sonrió falsamente.
La mesera solo me mira mal y después mira a Leo, esa forma, como lo mira, quiero matarla, se lo está comiendo con la mirada, maldita perra, me indigna como me pongo al ver cómo los dos se miran y se comen con la mirada.
¿Que me pasa?
¿¡Que mierdas me pasa!?
<<Estás celosa, cariño>>
No, eso no es cierto, yo no estoy celosa, y menos de este pendejo.
Yo solo los miro. Por fuera estoy tranquila, como si nada pasara, pero por dentro, por dentro estoy echa un infierno.
Poso mi mirada en Steve y las chicas, y cuando los miro, están muriendo de risa, intentan aguantarla, pero son malos actuando. Yo los miro como si nada, fingiendo estar bien, fingiendo que nada me importa, pero sé que alguien sabe que estoy fingiendo, y ese alguien es quien se está comiendo con la mirada a la mesera.
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Corazón Rebelde (En pausa)
Teen FictionVictoria y Leo son dos adolescentes los cuales se llevan mal. Pero eso cambiará en el verano, con el regreso de Leo. Ellos piensan que será un verano como todos, ignorando sé el uno al otro, o peleando cada que se ven. ¿Quién pensaría que todo camb...