Thogether In The Dark ©

CAPITULO 3

Han pasado un par de días y aun sigo inquieta desde el encuentro con mattheo, un puto dolor de cabeza. A lo único a lo que se ha dedicado es a observarme desde lejos.

—toma

—¿he?

Draco me entrega un papel mal doblado en plena clase de pociones.

Sal ahora. MR

—cuídamela —le dejo a darkness en el regazo, pero me frena antes de poder pararme

—¿que? No, no puedo cuidarla ¿y si me muerde? —dice con las manos arriba como si fuese una bomba.

—no te hará nada, le agradas —darkness se acomoda en sus piernas para seguir durmiendo —¿ves? Gracias draquito.

Le beso la mejilla antes de pedirle al profesor ir a enfermería.

Apenas cruzo las puertas del aula lo veo a un lado apoyado a la pared, mirándome fijamente.

—que quieres —me acerco a él.

—sígueme

Me guía por los pasillos hasta unas largas escaleras.

—no jodas —me quejo cuando lo veo subir por estas.

Al llegar a la sima había una vista hermosa, esta era la torre de astronomía.

—¿no debería de haber clases aquí? —le pregunto dirigiendo mis ojos a él, este ya los tenía puestos en mí.

Lo mejor era tomarlo con calma.

—A nadie le toca ahora

—ah... y bien ¿qué quieres exactamente?

Se acerca hasta que nuestros zapatos se tocan.

—buena pregunta, ¿que quiero para no ir a matar a ese muggle? —se toma un tiempo para dar un leve apretón en mi mentón con su pulgar mirándome la boca —¿que quiero para no decirle a mi padre? Aunque eso es lo que menos te preocupa ¿no?

Me quede embobada por sus labios mientras hablaba, a pesar de que no me caía en gracia el cabrón era muy atractivo.

—¿qué quieres? —susurre contenida cuando su mano bajo a mi cuello ejerciendo un poco de presión

—harás lo que yo diga, cuando lo diga y como lo diga. —inclina levemente la cabeza con ojos brillantes y mandíbula apretada—partiendo por no volver a ver a ese sangre sucia.

Aunque no me agrade en lo absoluto que él tenga ese poder sobre mí, lo tiene. La mejor es hacerlo por las buenas.

Por ahora.

—bien —una sonrisa se va abriendo paso en sus labios —pero, que hiciste para enterarte.

Necesitaba saberlo, para matar a quien sea que dio aquella información.

—si supieras... —sus labios rosan los míos —saldrías corriendo, y no quiero eso.

Abro la puerta del gran comedor, todos me observaban. Llegue a mi mesa ignorando que llegue tarde y ya estaban desayunando.

—muévete —empujo a blaise fuera de la silla junto a mi hermano y me siento en ella.

Estaba con un humor de perros

Blaise suelta una leve risita negando con la cabeza levantándose del suelo para luego sentarse junto a mí.

—buenos días, hermanita —me sonríe aleix.

—dame el pollo —le ordeno y bufa, pero no desobedece. Le doy el pedazo de carne a Darkness, quien lo recibe gustosa y se va debajo de mis pies a comérselo tranquila.