Capitulo 1

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Mañana es el primer día de clases, es un día que no podía esperar, no por ir a clases ni mucho menos por ver a mis compañeros, sino, porque así estaré menos tiempo en casa. Mi madre, o como yo le digo, Laura, se encuentra peor cada día; literalmente podría estarme convulsionando a su lado y ni lo notaria, no es la misma desde esa horrible noche hace ocho años.

Tomo las llaves y reviso mi mochila como por quinta vez, no quiero olvidar nada. Veo el Reloj en mi muñeca –perfecto, voy a tiempo–, tomo mi casco y salgo de casa sin mirar atrás. Es una tarde calurosa, pero con una deliciosa brisa fría. Me pongo el casco en la cabeza y al llegar a mi hermosa "TJ", no puedo evitar sentir cómo mis bellos se ponen de punta y mi cuerpo entero empieza a sentir una oleada de felicidad y emoción. Suspiro y me monto a TJ y el escuchar su rugido no puedo evitar contestarle.

"Hola TJ, ¿Estás lista para dar una vuelta?"  Su rugido es mi respuesta. "Excelente, amiga"

Al acelerar todo parece desaparecer. Todo se vuelve invisible. Puedo escuchar el susurro que deja el viento al pasar por mi piel, el estruendoso rugido que hace TJ al cambiar de velocidad, las luces de la ciudad se vuelven puntos borrosos iluminando las calles.

Mi corazón se acelera, puedo ver a lo lejos el famoso túnel, nosotros los motociclistas le llamamos "El Paso".

"Ya casi, pequeña" digo en susurro, y ella parece rugir de emoción. "¡Vamos!" Acelero.

Al entrar a El Paso puedo sentir como el tiempo se detiene, veo el pequeño punto negro al final del túnel. No hay ruido, es una sensación que no he podido explicar, pero soy infinita. Durante un segundo puedo entender a mi padre, puedo entender cómo se siente: volar, sentirte libre, sentir cómo la adrenalina corre por mis venas y llena mi cuerpo, siento mi conexión con él. Al salir del túnel debato seriamente en regresar para sentirme así de nuevo, es la sensación que mi padre siempre explicaba cuando le preguntaban por qué le gustaba tanto manejar una motocicleta a pesar de ser tan peligroso. Siempre decía que, si algún día moría, esperaba fuera sintiéndose infinito.

Ya estoy cerca, espero que Aven tenga mi cerveza lista, la necesito con urgencia. Doblo a la derecha y por fin llegué al bar. Este lugar es mi hogar, las personas que conocí aquí son mi familia.

En el "Rugido", está la mayoría de las motocicletas de la ciudad y todos los que estamos aquí somos familia, somos uno y todos compartimos la misma pasión por nuestras compañeras de metal.

Estaciono a TJ en su lugar habitual, desabrocho mi casco y lo retiro de mi cabeza. Lo primero que hago es acomodar mi cabello. Siempre se vuelve loco mi cabello dentro del casco y debería ser al revés. Hago un ruido de exasperación. Odio peinar mi cabello con mis dedos.

Dejo el casco en el asiento y me acerco a la entrada del lugar, es el típico bar viejo, al que puede venir quien sea y claro, la mayoría son motociclistas. A pesar de su pinta de ser un bar de mala muerte por afuera, por dentro está lleno de pinturas neón que resaltan con la luz negra dentro del lugar. Yo hice la mayoría de las pinturas, lo único bueno que le heredé a mi madre es el talento de la pintura.

Al entrar automáticamente mis ojos buscan a Aven o la melena de un oscuro y brillante tono ébano de Maya que cae en cascada sobre sus hombros y resalta la textura única de sus rizos naturales. Las veo sentadas en una mesa cerca de la barra, y quito la mochila de mi espalda mientras me acerco a ellas.

"No puedo creer que no le hayas dicho nada a ese monstruo", dice Aven enojada "Si no haces algo con ella, la regañare yo."

"Espero que no estén hablando de mi", digo burlándome del estrés de mi mejor amiga.

"¡No es gracioso que su gata cada vez que me ve quiera matarme!" gruñe dándome una cerveza "Hoy casi logra su cometido"

"Aven", dice Maya girando los ojos "Solo se acostó en tus piernas" Sonríe mirando a mi amiga con mucha diversión y amor.

Que comience el juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora